La muñeca del cementerio

Pedí permiso al vigilante para hacer una excursión nocturna al cementerio, una vez reunido el grupo comenzó la aventura.

El reto era porque unas personas querían vivir una experiencia en ese tipo de lugares, y más aún porque les había contado, que en una oportunidad había escuchado una risa que me heló la sangre, era de una bruja que salió volando dejando una estela de fuego. Además que había muchas apariciones de antiguos fantasmas, y el solo hecho de recorrerlo era una experiencia paranormal.

Con la luz de las lámparas alumbrando nuestro camino comenzamos a recorrerlo; cada tumba, cada mausoleo, y les iba explicando tal o cual historia. Cuando ya casi lo habíamos visitado en su totalidad, empezamos a oír pasos tras nosotros, pero cuando volteábamos no había nadie, no obstante sentíamos que alguien nos seguía y nos observaba.

A poco escuchamos una risa infantil, todos se miraron entre sí, seguimos caminando y vimos una sombra pequeña que corría entre las tumbas, era difícil entre la oscuridad discernir donde se escondía, así que seguimos.

Algunos estaban tensos por la sensación de ser perseguidos, ¡de pronto!, todos fuimos testigos de la aparición de una niña que con dulce voz nos dijo:

-V e n g a n a j u g a r c o n m i g o.

Todos se quedaron petrificados, y la niña se echó a correr hacia un nicho cercano. Mis compañeros estaban aterrados, sin embargo querían saber hasta dónde llegaba la niña por lo que la seguimos.

Nos acercamos a la tumba, alumbramos el espacio, y allí entre telarañas, ramos y coronas de flores marchitas; se hallaba sobre una tumba una muñeca grande. Una de las muchachas atraídas por la belleza de la muñeca antigua le empezó hablar.

-Qué bonita eres. Estás muy solita, te quiero llevar conmigo a mi casa.

Al ver su intención le grité.

-¡Mejor no la toques!

-¿Pero por qué?, esta tumba se ve que tiene tiempo abandonada.

-Porque no es tuya. El celador dice que esa muñeca pertenece al espíritu de una niña que murió a la edad de 5 años, y para que no se sintiera sola, sus padres trajeron hasta su tumba esa muñeca parecida a ella, por eso es tan grande, pero esa muñeca esta embrujada.

-¿No pensarás que voy a creer eso? -Me dijo con burla.

A pesar de todo lo que ya había presenciado, ignorando mi advertencia tomó la muñeca en sus brazos. Al mismo tiempo donde estaba la tumba vimos como una espectral niña molesta se apoderó de la muñeca y salió a jugar.

Las chicas gritaron del susto, las lámparas comenzaron a parpadear y todo fue confusión, por lo que di por terminada la excursión al cementerio, finalmente salimos del panteón y cada quien se fue a su casa.

A los pocos días, unos amigos del grupo me estaban buscando y me contaron que desde ese día la muchacha que había tocado la muñeca decía; que por las noches le tocaban la puerta de su casa, luego comenzó a escuchar la risa de una niña, y cuando abrió la puerta, allí estaba la muñeca quien en susurros le dijo:

-Vengo a jugar contigo, soy la muñeca del cementerio.

Le dio una crisis terrible, la llevaron al médico, le dieron calmantes, pero murió.