Sueño sin color. Bruma espesa perturba la visión. Esperanza de Libertad.
Venezuela, en particular y el mundo en general están siendo cubiertos por un manto de oscuridad.
Un discurso de igualdad y derechos opaca capacidad y responsabilidad.
Gobiernos exhiben incapacidad y aplauden mediocridad. Son derribadas las figuras forjadoras de la historia y elevadas a pedestales de heroicidad, criminales y rarezas.
Enarbolando banderas de libertad destruyen, atacan, agreden, saquean y roban bienestar y prosperidad.
Un Eón de luz se anuncia a la humanidad y los hijos de la oscuridad le temen, y en miedo, el temor los mueve a sembrar discordia, odio e ira. Quieren destruir el bien más preciado: la Libertad.
Un mensaje oculto de terror: Mejor es la Seguridad, y en nombre de la Seguridad, se derriba la Libertad; la Libertad y la privacidad.
Terroristas y piratas atacan la civilización occidental y los estados más poderosos del planeta se muestran incapaces de eliminarlos. Hay una sencilla y tan simple explicación.
Estamos ante un escenario, una puesta en escena de una guerra sin fin; donde en el momento álgido, cuando seis mil, siete mil millones de espectadores estén sumergidos en la trama se levanta el telón y todos los espectadores despiertan encerrados en la trampa, muchos actores son arrojados dentro y el director es el único que aplaude.
Un despertar a una realidad más clara y diáfana es posible si alimentamos la voluntad, el valor y quizás el amor. Negando el temor, el miedo y el resentimiento.
Fuente
Sobre todo la Libertad.