Somos seres humanos que despreciamos la naturaleza, no somos perfectos, nacemos con virtudes, defectos y limitaciones. Aún así, es importante mejorar actitudes para de una vez por todas aprender a relacionarnos positivamente con el medio que nos rodea, aprender a ser consciente de quiénes somos, qué hacemos y cómo podemos contribuir con los otros actuando de manera acertada.

La naturaleza ha sabido comprender las reacciones humanas, su desprecio, su falta de cariño, de solidaridad... ha sabido tolerar nuestros maltratos, sin reproches aguanta nuestras reacciones violentas y sigue allí. observando cómo los demás se unen con los mismos comportamientos.

Ninguna acción justifica tantas reacciones violentas. No hemos sabido canalizar nuestras emociones y en cambio hemos de reaccionar con odio frente al mundo circundante ¿Qué ganamos ahora? Será desprecio por nosotros mismos. El ataque no será contra los demás, será contra uno mismo. Tarde o temprano el cuerpo pasará factura, la naturaleza también.

Ahora, si queremos resarcir los daños, perdonarnos es el primer paso aunque queda de cada uno querer hacer mucho más. Es una decisión personal. La invitación a ser humilde reconociendo las faltas.

En la espiritualidad está el perdón, en el perdón hallas la humildad, en la humildad está el amor, en el amor, la conservación.