¡Una cámara fotográfica! eso era todo lo que ella necesitaba para poder comenzar ese nuevo proyecto que tenia en mente desde hace tiempo. Así que, a pesar de su desconfianza en las comprar electrónicas, decidió adquirir el producto a través de Internet ya que consiguió una cámara digital con todas las características que ella requería y a un muy buen precio. Luego de realizar la comprar debió coincidir con el vendedor para la entrega. Para su sorpresa, y pese al miedo que le daba encontrarse con un total desconocido, la persona que le vendió la cámara fue muy amable, un hombre que a primera vista demostraba una actitud seria, prepotente y algo misteriosa pero que a su vez dejaba ver una parte sensible que no todo el mundo podía descubrir.

Al llegar a casa, ella hizo todas las pruebas pertinente a la cámara y al asegurarse de que funcionaba a la perfección, decidió poner en marcha el proyecto que durante tanto tiempo estaba dando vueltas en su cabeza, así como vueltas comenzaba a dar el rostro y el nombre de aquel hombre que con tan solo unos pocos minutos de conversación le hizo sentir que llevaba toda una vida conociendo. Pero ella, un poco ya cansada y decepcionada del amor, decidió ocupar su mente en miles de cosas que tenia pendiente por hacer, pero sin poder evitarlo, ese recuerdo perturbaba en varias ocasiones su tranquilidad. Hasta que un día, en una tarde de arduo trabajo y cargada de un estrés que ya no la dejaba ni pensar, recibió un mensaje de aquel desconocido que había dejado en su vida, algo más que una cámara fotográfica. Le costó horas, tomar la decisión de responder aquella invitación a tomar un café, a la que ella correspondió con un si.

Se vieron nuevamente, se tomaron un café, y conversaron como si fueran dos grandes amigos que se reencontraban después de muchos años de ausencia. Sus vidas comenzaron a cruzarse de tal manera que a los pocos meses ya eran los amantes más intensos y apasionados que sentían que estaban hechos el uno para el otro. Se amaban por las noches y se enamoraban durante el día, se descubrían mutuamente día a día,las horas se les pasaban en largas conversaciones que parecían eternas pero que a ninguno de los dos aburría, pero nunca se detuvieron a ponerle nombre a esa inigualable relación,

Así transcurrió un año, y la felicidad era indescriptible, todo entre ellos parecía estar perfecto y quizás si lo era, pero ambos, cometieron un error: Nunca se dijeron un "Te amo" aunque lo demostraban en cada acción, en cada mirada, en cada caricia, en cada beso, eso fue lo único que les faltó. Él, por el orgullo de no reconocer que se había enamorado, ya la vida le había quitado a golpes esa ilusión. Ella, conociendo la opinión de él sobre el amor, prefirió callar y seguir demostrando sus sentimientos sin necesidad de decirlo. Juntos vivieron momentos que nunca habían experimentado con alguien más, eran un complemento y se aceptaban el uno al otro tal y cual como eran sin hacer ningún tipo de cambio.

Pero la vida les tenia un duro golpe preparado, un golpe que fracturo todo, menos el amor mutuo que se tenían,

La cobardía de enfrentar el amor lo llevo a él a cometer el único error del cual hoy se arrepiente, alejarse, sin explicación y sin razón, solo con el pretexto de buscar el equilibrio y la paz interior que su cuerpo y su mente cada cierto tiempo necesitaba, ella no lo entendía, pero de igual forma lo acepto y garantizó que ella estaría allí a su regreso.

Ella realizó un viaje de vacaciones, para soportar la ausencia y tratar de entender las razones del distanciamiento, pero aún así estaba decidida a regresar a casa y esperar el tan anhelado reencuentro que seguramente estaría lleno de interrogantes y estaba decidida a decirle con palabras lo que todo ese tiempo ya había demostrado y además darle nombre a esa unión, pero a su retorno se encontró con la horrible experiencia que le impediría volver a ver a su amado de la manera que ella esperaba...

(continuará...)