En un consultorio del barrio donde reside, a Yamileidys le tocó su turno de entrar a la consulta médica para su control anual ginecológico. Después de presentarse, y antes de examinarla, la muy joven doctora la interrogó sobre su vida personal, anotando los datos en la historia clínica. Al preguntarle sobre su edad y si tenía hijos, Yamileidys le respondió esto:

―Bueno, doctora, tengo 26 años y dos hijos: la mayor de 13 y el varón de 2. El más pequeño se llama Yampol Yacson. Yo no quería tenerlo, pero lo tuve, qué más podía hacer. Es que El Maikel me dejó embarazada de cuatro meses, después de que lo encontré empiernado con Yuribileisy, ¡nuestra comadre! ¿Usted se imagina eso, doctora? ¡Nuestra comadre!, la muy desgraciada es la madrina de bautizo de Anaximandra Marimar, mi hija mayor ―refirió la mujer, algo alterada al final.

―Usted les ha puesto nombres algo extraños a sus hijos, señora Yamileidys –dijo la doctora bastante sorprendida.

―Son bonitos, ¿verdad? Nadie en el mundo tiene los nombres de mis hijos. ¡Nadie! Mire, le cuento: Anaximandra es la combinación de varios nombres. Del nombre de mi mamá, que se llama Anastacia Segunda agarré “Ana”. Del nombre de mi hermana Xiomara tomé la “xi”; “man” es de Manuel, que es el papá de la niña, y “dra” de Kasandra, mi exsuegra. Ah, y el segundo nombre, que es Marimar es por la mujer de la telenovela, ¿usted la vio, doctora Graciela? Era una muchacha muy bonita, la Marimar esa ―dijo orgullosa Yamileidys.

Mucho más asombrada que antes, la doctora preguntó:
―Ah, caramba, qué ocurrencia la tuya. ¿Y cómo has llamado al pequeño?

― Mi hijito se llama Yampol Yaxon, doctora. A él le puse ese nombre que también es la combinación de varios, y es que me encanta hacer eso. Tendría otro hijo para hacer lo mismo, pero no con el desgraciado de El Maikel. ¡A ese no le vuelvo a parir más nunca! Bueno, como le iba diciendo, “Yam” es tomado de mi nombre y “Pol” de mi hermano Policarpo, para hacerle honor porque murió siendo muy joven de una enfermedad que no se supo nunca en la vida qué era. A mi hermano Poli le encantaba bailar como Michael Jackson y por eso fue que le puse el segundo nombre de ese artista. No le puse Maikel para no tener que recordar al traidor de su padre. Yo sé cómo se escribe ese nombre, pero cuando yo lo fui a presentar en la Prefectura, la señora que hace las actas de nacimiento escribió “Yaxon” y así lo dejé, doctora, porque si no tenía que mandar a corregirlo y eso cuesta un rialero. Y yo no tengo para eso.

Después de una pausa, dijo, algo acongojada:
―Lo malo es cuando los muchachos van para la escuela porque algunos se burlan mucho de los nombres de otros niños. Así fue como a mi Anaximandra la empezaron a llamar “salamandra”. Pero a mí no me importa eso porque lo que sí es verdad es que más nadie en el barrio ni en la bolita del mundo tiene el nombre de mis hijos y eso sí que es un orgullo. ¡Nadie se llama como ellos!

Finalmente, agregó:
―Si usted quiere yo la ayudo a buscar un nombre para el bebecito que va a tener, doctora Graciela, mire que soy muy buena para eso. A ver, dígame, cómo es que se llama su esposo...

Fuente Foto niña
Fuente Foto niño