Siendo el campo de acción de la filosofía el estudio del conocimiento y la sabiduría, su origen y validación, es interesante preguntarse, ¿cómo enfrenta la filosofía la generación de información del mundo digital? , ¿Cuál es su aporte para juzgar y validar toda la información que actualmente fluye en el mundo digital? Estos son los retos que debe afrontar, pero para ello, debe renovarse en su esencia, crear ideas nuevas.

Es necesario que la filosofía se dedique al estudio y solución de problemas que padece el hombre actual. La sociedad lo requiere porque pese a los grandes avances científicos y tecnológicos, no es menos cierto que muchos de los valores, principios y conocimientos, que fueron la base del desarrollo de la humanidad, están en decadencia y es la filosofía, una nueva y renovada filosofía, la que puede aportar soluciones para rescatarlos o crearlos.

La falta de actualización y de generación de nuevas ideas, ha cooperado al estado actual de la filosofía, pero adicional a esto, desde que Descartes, Newton y Bacon, por nombrar algunos de los más representativos del método científico, que sentaron las bases de la ciencia moderna y subsecuente desarrollo de la tecnología, gran parte de la humanidad, paulatinamente, se apartó de la espiritualidad, la religión y hasta de la esencia de lo humano. Los nuevos paradigmas científicos se centraron en lo material, en lo práctico y útil, relegando a la filosofía a un segundo plano. Es pertinente citar a Sánchez (2003) cuando muy acertadamente afirma “La actividad teórica - cuanto más alejada de las necesidades prácticas inmediatas - se presenta a la consciencia ordinaria como una actividad parasitaria; por ello, el hombre común y corriente desprecia a los teóricos y sobre todo a los filósofos que especulan y teorizan sin ofrecer nada práctico, es decir, nada “utilitario”.