Mis intentos de suicidio. Microrrelato y reflexiones vivenciales.

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Mis intentos de suicidio.

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Dios me ha perdonado tanto, que cada día le agradezco mucho de lo que me acontece a diario, y no digo todo, porque no hay persona en la tierra que no cometa pecado.

Me refiero a suicidio, no al hecho de querer matarme yo mismo, agarrar un cuchillo, darme un tiro o meterme un veneno. ¡No! El suicido al que aludo es el de, por ejemplo, el abuso de bebidas alcohólicas durante más de 40 años, y el vicio de cigarrillo, también por más de 40 años.

Un amigo mío, el profesor Jorge Utrera, siempre bromeaba al decirnos que era altamente nocivo el tomar y soltar una bocanada de humo, y de inmediato beberse un vaso de cerveza o de whiskey con hielo. Las temperaturas eran asimiladas por una garganta.

Nunca hice reflexión a lo que tiempo posterior comprobé como una realidad, y él decía que era fácil buscarse un cáncer, de esa manera. Intento de suicidio frustrado.

Y todos los fines de semana me exponía a un intento de suicidio sistemático.

En 1998 me enfemé con bronquitis aguda, y me tuvieron 5 días en una clínica porque respiraba con suma dificultad.

Y esa experiencia me hizo abrir los ojos. Hoy por hoy rechazo la presencia de fumadores, o estar cerca de ellos. Intento de suicidio frustrado.

Y en cuanto al licor, el10 de enero murió frente a mí un profesor mientras jugábamos dominó. 10 de enero de 2015.

Ya venía el 15 de enero y, con sinceridad, mucho me estaba pegando ese hecho porque eran las fiestas de celebración lo que venía.

Como siempre amenicé actos y fiestas, estaba programado para que ese 15 actuara en un sindicato al que estoy afiliado, pero a la hora de presentarse el agasajo, me entró una extraña sensación, y la conciencia no me dejó asistir.

Era como que escuchara una voz que me resonaba que iba a celebrar la muerte del amigo.

Un grupo sí estuvo en fiesta, pero a mí no me movió llegar ahí.

Los intentos de suicidio duraron hasta el 10 de enero de 2015.

Hoy siento repulsión por el cigarrillo, y rechazo por el alcohol. Y pensar que siempre repetía que dejaría el aguardiente el día en que amaneciera muerto.

Esos dos hechos transformaron mi vida por completo.

Que Dios nos siga bendiciendo. Y si usted fuma y bebe, deje esos intentos de suicidio.