desde hace mucho tiempo quería buscar algún medio de comunicación con usted y al ver que no encuentro otra forma de hacerlo le escribo estas líneas para poderle expresar muchas cosas que siento en mi corazón y en mi alma.

     Soy una venezolana, orgullosa de haber nacido en la tierra andina, madre de 2 hijos preciosos, perteneciente a una gran familia de venezolanos trabajadores del campo, cultivadores de esta hermosa tierra; me crie entre cultivos de caña y olor a miel del trapiche, corrí entre cafetales inmensos y olores de café tostado. Soy también hija de la tierra de Bolívar y Miranda, soy mujer, criolla de pura cepa.

     Tengo 46 años de edad y viví los tiempos de Acción Democrática y de Copei, pude ver como familias numerosas como la mía (12 hijos) salían adelante con un padre que salía a trabajar y una madre que se quedaba en casa cuidando los hijos. Nunca nos faltó nada no sé si era porque no nos dábamos cuenta o era porque realmente el amor de mis padres lo satisfacían todo. Si vienen a mi mente unos zapatos rotos por la suela a los que le poníamos cartón para que aguantaran un poco más, mientras nos compraban unos nuevos. Pero éramos tan felices que aunque nos faltaran cosas materiales nunca vi cosas como las que estamos viviendo ahora desde usted y el fallecido presidente Hugo Chávez llegaron al poder.

     La gente andina al cumplir la mayoría de edad se venía a la ciudad en busca de trabajo en grandes empresas extranjeras que nos daban buenos sueldos con los que empezábamos a salir adelante y ayudábamos a nuestras familias, con esos sueldos nos comprábamos casa, carro, viajábamos, íbamos cada 8 o quince días y llenábamos dos carros del supermercado cagados con todo y más.

     Recuerdo una Venezuela bonita, donde no nos faltaba la luz, el agua, el gas, la gasolina, la comida, medicinas, la ropa; solamente ayer tuvimos 5 apagones en mi casa y no sabe el susto enorme cada vez que sucede eso porque tenemos un inmenso miedo que se nos quemen las cosas como me ha pasado con un televisor y la nevera. Venezuela no era así señor presidente y aunque usted insista en echarle la culpa a los Estados Unidos la verdad es que ustedes no han sido capaces de resolver esta situación en 20 años.

     ¿De verdad cree que dándonos u otorgándonos bonos cada mes (los cuales no llegan a toda la población y no alcanza sino para un cartón de huevos y un kilo de queso) puede resolver la situación que nos aqueja?

     Ahora quiero hablarles un poco de mis dos hijos Israel (19) y Fabián (15), ellos son mis dos tesoros, buenos hijos, inteligentes, con ganas de salir a delante y crecer con oportunidades dentro de su país. Ellos no tienen futuro señor presidente en un país donde la industria está paralizada, la pequeña y mediana empresa no existe y lo único que les queda es trabajar para algún sector del gobierno. Mi hijo Israel ya lleva 3 años estudiando ingeniería en una universidad donde no hay profesores, ni alimentación y la infraestructura es pésima. Mi hijo Fabián con sueños de ser artista se le hace cada día más difícil ya que aquí no hay canales de televisión libres que puedan producir proyectos como los que existían antes de donde brotaban nuevos talento.

     Que más le puedo decir de mí, de mi familia y de mi país, acaso sale usted por las calles de Caracas donde se puede pasar por las calles rotas, la gente cargando agua del Guaire, peor aún gente hurgando de la basura para conseguir algo que comer.

     Ustedes solo saben mentir una y otra vez en la televisión, yo vivo en Guatire, si, aquí donde usted una vez vio e hizo promesas de un metro que uniría las ciudades Caracas-Guarenas y de lo que solo quedaron unas columnas en pleno deterioro y abandono.

     No sé si pedirle perdón por lo que le digo o no sé si es usted más bien del que debería pedirme disculpas a mí por tantos años de sufrimiento, de llanto, de aguantar colas y colas para comprar la harina PAN o el azúcar, noche enteras pendientes de un numero para no quedarme sin comprar el arroz; o peor aún por haberme dañado mi columna por estar tantas horas en pie o sentada en una acera viendo como la gente se mataba y se insultaba por darse a respetar.

     Me da mucha tristeza como hemos cambiado un pensamiento tan bonito que teníamos de creernos un país rico a ser ahora un país pobre, sin futuro. Los jóvenes teníamos ganas de emprender proyectos y teníamos muchos sueños ya los jóvenes de ahora solo quieren es irse a lavar y limpiar baños en otro país donde los maltratan porque aquí lo que ganamos no nos alcanza ni para comer. pero usted y su gabinete siguen creyéndose la mentira que repiten y repiten de que la culpa es de los demás y no de ustedes.

     Trabaje durante años en un cuerpo de seguridad donde nuestro lema era INTEGRIDAD, hoy en día los policías ni guardias pueden decir lo mismo, todos son corruptos, ladrones que viven robando en nuestras narices y no podemos decir ni hacer nada por miedo a que nos pase algo.

     Antes de despedirme quiero decirle que de su grandioso gobierno al terrible mandato de AD y COPEI e quedo con el segundo, Con ellos los venezolanos nos la pasábamos en MIAMI, viajando por toda Venezuela y comprando propiedades en la playa, cambiando de carro todos los años, haciendo planes con nuestros aguinaldos con los cuales comprábamos ropa, zapatos, jugábamos a cuanto amigo secreto se inventaban en el trabajo o los amigos, también con mis aguinaldos cambiaba los electrodomésticos en casa y regalaba los viejos, pintaba de otro color las paredes cada año y aparte de eso dejaba guardado una buena parte en plazo fijo para cuando llegara enero tener un capital para iniciar proyectos nuevos en mi vida. Me quedo con Acción Democrática y COPEI quienes hicieron cosas buenas por mi país. No sé si en esos gobiernos robaban o no, lo que si se es que mi familia y yo vivíamos muy bien.

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