Aquí la segunda parte del artículo sobre el director pilar del cine universal, Fritz Lang (pueden ver aquí la primera parte), en la que nos centramos en su obra maestra Metrópolis.

_{Cartel de la versión restaurada de 2002 Fuente}

Metrópolis

Considerada una obra cumbre del cine expresionista alemán, pero más aún, un hito en el desarrollo del cine universal. Estrenada el 10 de enero de 1927 en Alemania, fue una de las realizaciones más costosas en los orígenes del cine, pero resultó ser un fracaso económico. Luego de varios cortes y modificaciones por censura y conveniencia económica, fue reestrenada en el mismo año.

En 2001, fue añadida a la lista del Registro de la Memoria del Mundo, después de ser sometida a diversas restauraciones, en las que participaron filmotecas de nivel mundial. Es el primer documento fílmico que figura en dicha lista.

En 2008, el investigador Fernando Martín Peña encontró una copia en Buenos Aires (Argentina) en formato de 16 mm, que muestra 26 minutos inéditos desde su estreno inicial. Si bien no es la obra completa que fue proyectada en Alemania en 1927, es la versión más cercana a serlo.

Como producción fílmica, es una de las principales obras artísticas de la historia del cine. En ella intervino una gran cantidad de extras, se rodaron muchísimos pies de película y su filmación duró cerca de un año. Se utilizaron técnicas innovadoras para la época, y posee un atributo fantástico de altísimo grado. Su escenografía (rascacielos inspirados en Nueva York, que propone paisajes insólitos, constituye una osada elaboración artística, que junto a los efectos de iluminación, encuadres y montaje, componen una obra excepcional.

_{Ciudad de Metrópolis - La Nueva Torre de Babel Fuente}

Metrópolis es un filme (del llamado "cine mudo") de ciencia ficción que representa una distopía urbana futurista. Veamos su argumento resumido:

En 2026, existe una lujosa ciudad llamada Metrópolis, creada y dirigida por Joh Fredesen. Ella -y los que la disfrutan- existe gracias a una multitud de obreros que trabajan en condiciones miserables en una especie de mundo subterráneo. Un día el hijo de su creador, Freder Fredesen, conoce a María, una joven y bella obrera que defiende a los trabajadores, de la que se enamora. Al seguirla, descubre la situación en la que viven los trabajadores, e intenta ayudarlos.

Fredersen padre acude al científico Rotwang, quien le dará la apariencia de María al robot antropomorfo de su invención, mientras la verdadera María es hecha prisionera. María-robot manipulará a los trabajadores para promover su levantamiento y así Fredersen los reprima. Rotwang utilizará al autómata como instrumento de venganza contra el presidente de Metrópolis, su hijo y contra la ciudad.

_{Máquina de Metrópolis Fuente}

Siguiendo los llamados del robot, los trabajadores se rebelan y destruyen la «Máquina Corazón», fuente de energía de todas las demás maquinarias de Metrópolis. La destrucción de la máquina también provoca la inundación del submundo de los trabajadores. Estos, desesperados, capturan a la falsa María, a la que prenden fuego y descubren que es un robot. Freder se enfrenta a Rotwang, quien perseguía a María y muere al caer del tejado. María y Freder se encuentran con Fredersen y Grot (dirigentes de la ciudad y de los trabajadores), quienes se reconcilian, dando inicio al comienzo de una nueva sociedad. El lema final será: «Mediador entre el cerebro y la mano ha de ser el corazón», que estarían representado por Fredersen, el dirigente obrero y Freder-María respectivamente.

La crítica ha planteado un gran asunto central en Metrópolis: la profunda dualidad del ser humano, que se presenta como la lucha ancestral entre el Bien y el Mal, representada visualmente entre la oscuridad y la luz, tan característico del cine expresionista. Pero en el filme puede resaltarse un espectro temático diverso: la división en clases, el fanatismo religioso, la animación de lo inorgánico, el conflicto entre el creador y lo creado, la redención mesiánica, la subyugación del hombre por la máquina, la mujer fatal, el fin del mundo entre otros.
Es también destacable las influencias del cristianismo y, en menor rango, del marxismo.

_{El empresario Fredersen, el científico Rotwang y el robot Fuente}

Revisitar a Metrópolis no es una tarea de arqueología cultural (hurgar en el pasado), sino una forma de apreciar cómo se fue construyendo ese mundo mágico del cine, hasta llegar a conformar lo que hoy es, de modo casi abrumador. Son muchos sus valores: su potencia en la fantasía; sus aportes al desarrollo de la ciencia ficción; su arquitectura escenográfica, donde conviven diferentes estilos -al modo postmoderno que se impondrá en la segunda mitad del siglo XX- (rascacielos inspirados en Nueva York, catedral gótica, edificio al modo medieval, jardines idílicos, espacios lúgubres como catacumbas, cabaret, etc.); sus aportes técnicos en la narración visual (uso de la cámara subjetiva), fotografía y edición; su incorporación de objetos tecnológicos modernos (el primer robot cinematográfico de relevancia); su planteamiento contra-utópico o distópico; el presagio de distorsiones políticas (nacionalsocialismo) y visión futurista, entre otros.

Pueden advertirse sus influencias contemporáneas en filmes como Blade Runner, Stars War, Dark City, Matrix, I, Robot, entre otros.

_{El robot María manipula a los trabajadores Fuente}

Trailer promocional de Metropolis restaurada

Existe una versión completa del filme a la cual pueden acceder en el siguiente enlace.

Referencias bibliográficas

Sadoul, Georges (2004). Historia del cine mundial (19ª edic.). México: Edit. Siglo XXI.
Soto, Montserrat (2014). Análisis crítico de Metrópolis (Documento en línea). México: Universidad Autónoma Metropolitana.
https://es.wikipedia.org/wiki/Metr%C3%B3polis_(pel%C3%ADcula)
http://puntocritico.com/2018/09/15/metropolis-de-fritz-lang-la-pelicula/

_CELFmagazine

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