Por culpa de la ortografía

Hay un grupo que me gusta mucho del Facebook, es un grupo de ortografía, me gusta porque a través de los comentarios se pueden aprender muchos detalles que no se encuentran fácilmente en internet, además que brinda esa interacción personal entre usuarios que puede hacerlo en ocasiones muy interesante, ese “contacto humano” entre comillas por lo despreciado comúnmente entre la población general, ya que muchos consideran que no es un contacto real, y puede que sea cierto, pero solo en parte.

En este grupo al igual que en otros he observado como mucha gente se ofenden tremendamente cuando se les señala una falta: “no es con s, es con c; te falto el acento, te falto la coma, el punto, el signo de interrogación inicial”. Muchos se sienten profundamente heridos y esto me llama la atención. ¿Será que se toman las correcciones como algo personal? Pues, obviamente sí.

Cuando alguien sale a defender la ortografía, vienen un grupo de sensibles a decir: “Yo no juzgo a la gente por su forma de escribir”. Y me pregunto, ¿es en serio? ¿No juzgas a la gente por como escriba? ¿Es eso cierto?

Si por culpa de la ortografía ya te das cuenta cuan cuidadosa puede ser una persona, cuan dedicada, estudiada, leída, o preparada está.

Reconozco que mi ortografía no es la mejor, es más, era peor hace unos años, antes de que comenzara a escribir frecuentemente en blogs. Fue gracias a empezar a escribir consistentemente que me di cuenta de mis graves fallas. Nunca he sido buena ordenando las letras, seleccionándolas, o recordando los acentos, pero fue a raíz de ver la importancia que implica escribir respetando la ortografía que empecé a dedicarme concienzudamente a tratar de escribir correctamente las palabras, fue en ese momento que me di cuenta de lo amplio que es ese mundo y en lugar de desanimarme empecé a aprender de nuevo, tomando notas, poniéndolas en papelitos encima del monitor de la computadora, empecé a tomarle cariño y reconocer de nuevo el arte de escribir, y eso me hizo amarlo mucho más.

Sé que muchos a mí alrededor no entienden porque me gusta tanto leer y escribir, y no pretendo que lo comprendan. Lo que sé es que mi compromiso es seguir haciéndolo, haciendo lo que amo y que me hace sentir como un pez en el agua… este es mi mundo, empezando por respetar cómo se escribe una letra, una palabra.

Decía Julio Cortázar, que antes de romper las reglas hay que conocerlas, en eso estoy, en eso continúo, humildemente, con sinceridad.

Si pudiera transmitir un poco ese gusto por las letras, sería feliz, ese gusto por saber cómo se escribe una palabra, qué significa, de donde viene…

El mundo de las letras es un océano insondable, no digo un universo, porque es finito, pero sí que es como el océano, hay partes aún no exploradas, y nos toca conocer las superficies para poder luego adentrarnos en el, como un pez…

Y la mejor forma, no sé si la única, de conocer algo, es amarlo.