[ESP/ENG] He perdido mi norte | I've lost my north

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Español | Spanish


¡Saludos, Hive! Hoy quiero escribir acerca de una situación que poco a poco me ha ido superando al punto de incluso bloquearme a la hora de publicar aquí en Hive, porque se ha convertido en un pensamiento recurrente que me impide concentrarme como es debido. Esta situación de la que hablaré es la pérdida de la pasión hacia algo que amamos, algo que antes nos hacía emocionarnos, ser felices.

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Básicamente desde que tengo memoria quise dedicarme a la música, todo comenzó cuando tenía alrededor de 6 o 7 años gracias a un videojuego: The Legend of Zelda: Ocarina of Time. El protagonista de este juego, Link, tocaba una ocarina y yo quería ser como Link por lo que también quería tocar una ocarina, a su vez esto hizo que me interesara muchísimo en la música instrumental y eventualmente en la música orquestal. Pasado algún tiempo mi mamá me inscribió en una escuela de música que había en su trabajo, y allí comencé a adentrarme en este mundo.


En las mañanas estaba en el colegio y en las tardes en música, sin embargo era muy distinto, la música me motivaba mucho más que el colegio, tenía mejores amistades que en el colegio y en general la pasaba mucho mejor. Pasé bastante tiempo cantando en un coro, haciendo conciertos y presentaciones es distintos tipos de eventos. A los 14 años todo cambió: conocí mi instrumento, la tuba. Un instrumento bastante particular, nadie lo tocaba, era muy grande, se veía tosco, pero me agradaba.

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A medida que practicaba en mi instrumento me iba gustando más y eventualmente entré a mi primera orquesta infantil (no tan infantil, considerando que tenía 15 años) y fue ahí cuando dije: quiero dedicarme a esto. La cuestión es que lamentablemente, en ese momento estaba en una etapa realmente inmadura de mi vida, desperdicié muchísimo tiempo en cosas de adolescente; fiestas, amigos, etc., y no en realmente prestarle atención a mi instrumento, y ahora que lo pienso bien, esto pudo ser debido a que todo lo que hacía en ese momento con la tuba en la orquesta estaba “bien” ya que no tenía un maestro de tuba en mi ciudad y no había nadie realmente que me guiara. Sin embargo ninguna de estas situaciones me hizo disfrutar menos la música, al contrario, cada vez la amaba más, me gustaba más estar allí, y deseaba seguir haciendo eso. No fue hasta unos tres o cuatro años después que comencé a trasladarme hasta la capital de mi país, Caracas, para ver clases de mi instrumento, y fue allí donde me di cuenta que el mundo era mucho más grande de lo que imaginaba. El mundo de la música es bastante complejo, y así como hay mucha gente maravillosa dispuesta a ayudarte, hay también mucha gente engreída, prepotente, despectiva; es en este momento cuándo comienzan mis problemas con la autoestima musical, estaba muy detrás de muchas personas para la edad que tenía, no era realmente talentoso o especial. Esto empeoró cuándo le dije a mi familia que quería ser músico, la decepción en sus rostros ese día es algo que está marcado en mi con martillo y cincel, todos los días me hablaban de mis primos que tenían “profesiones de verdad”, me insistían a que estudiara algo “de verdad”, que me iba a morir de hambre, que iba a ser un vago, etc.


Sin darme cuenta, todo esto me lleno de resentimiento, y la música dejó de ser un medio para ser feliz y pasó a convertirse en una meta para demostrarle a mi familia que estaban equivocados. Grave error.


Ya con 18 años (bastante tarde) comencé a estudiar música seriamente. Me enfoqué principalmente en recuperar todo el tiempo que había perdido en mi adolescencia, durante unos 4 o 5 años me dediqué a estudiar de manera casi obsesiva todos los días, llegando algunas veces a 8 horas de estudio a lo largo de un día. Obviamente esto fue un gran paso hacia adelante en mi carrera, tocaba en una buena orquesta regional, ganaba una beca que en su momento era bastante buena, estaba tocando repertorio académico de nivel intermedio-alto, tuvimos conciertos increíbles, tenía un maestro de tuba en Caracas y me iba muy bien en clases, todo parecía bastante encaminado y me atrevo a decir que fue mi mejor momento musicalmente hablando, era increíblemente feliz, disfrutaba demasiado cada ensayo, cada nota, cada concierto, así que el siguiente paso en la lista era obvio: audicionar y quedar en una orquesta sinfónica profesional.

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Entre todo esto, se hizo el 2016. No es ningún secreto que la crisis económica en Venezuela es bastante grave, pero para el 2016 esta crisis alcanzó su punto más bajo, sin embargo no quiero ahondar en detalles de índole política. Mi situación personal era muy delicada, había rebajado aproximadamente unos 25 kilos, la orquesta donde tocaba perdió la beca que tenía, mi mamá estaba desempleada y yo también, la pasamos realmente mal. Dirán ustedes que era entonces el momento para dejar de lado la música y dedicarme a trabajar, pues yo no, yo no me rendí en la música. No sé si fue por terquedad, por amor, por pasión a la música, o sencillamente por terquedad a callarle la boca a mi familia, pero continué creyendo que podía vivir de la música.


A partir de aquí comienzan mis experiencias en las orquestas profesionales, siendo la primera de ellas la Orquesta Sinfónica Municipal de Caracas, el ambiente era completamente distinto, no sé cómo describirlo justo ahora, pero realmente sentía que ya no era un juego de niños si no que tenía que comportarme como un adulto profesional. Y así fue, asumí esa responsabilidad con toda la seriedad que ameritaba y mi experiencia fue más que positiva. A todos los maestros les gustaba mi trabajo, recibía buenos comentarios, y aparte de eso me estaban pagando. ¿Qué más podía pedir? Estaba realmente feliz, ya vivir de la música no era solo un sueño, se estaba materializando lo que en algún momento siempre quise.

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Después de un concierto con la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar. Caracas, 2017.

Pero… En esta orquesta estaba participando como músico invitado, es decir, no era parte de la nómina de la orquesta y solo me llamaban cuándo me necesitaban y por ende solo me pagaban cuándo tocaba, por lo que no podía considerarlo como un trabajo estable. Así estuve por un tiempo, tocando en varias orquestas profesionales del país y creando una “buena reputación” por así decirlo, y a pesar de que musicalmente la estaba pasando muy bien, mi situación económica seguía igual de delicada. Eventualmente audicioné a casi todas las orquestas profesionales, pero no quedaba en ninguna. En algunas simplemente porque no estuve a la altura de las exigencias, y en otras, pasados los años me enteré que no había quedado porque los procesos de selección no fueron precisamente justos… Pero bueno, ese no es el punto de este post.


No fue sino hasta el 2018 que quedé en mi primera orquesta profesional y las cosas comenzaron a mejorar económicamente para mí pero no tanto musicalmente. La situación del país hizo que los maestros y músicos de las orquestas profesionales fueran migrando de Venezuela, en esto incluido mi maestro de tuba, quedándome nuevamente sin profesor. A pesar de esto no me detuve y seguí trabajando y finalmente podía decir que estaba viviendo de la música.

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Con el objetivo de llenar las expectativas de mi familia llegué a tener hasta tres trabajos (relacionados todos a la música), ya no tenía tiempo de estudiar y mi desempeño musical estaba bajando considerablemente, pero todo estaba “bien” porque “al menos tenía trabajo”. Sin darme cuenta cada vez iba disfrutando menos la orquesta, el tocar, el ensayar, el estudiar tuba, y en ese momento caí en una especie de vacío en el que sentía que solo estaba existiendo por existir. Toda esta situación ha sido una constante montaña rusa de sentimientos en los que realmente ha sido difícil mantener la cordura.

En el 2019 conseguí un nuevo profesor de tuba que me ayudó muchísimo a encontrar un norte de nuevo en este difícil camino y todo parecía ponerse a mi favor de nuevo, hasta que en el 2020… Ya sabemos lo que pasó. Estar en cuarentena me volvió a desmotivar y esta vez peor que nunca. Decir que me sentía inútil es decir poco, a pesar de que la orquesta nunca dejó de pagarnos nuestro sueldo, no estaba haciendo nada realmente productivo. Dentro de esto mis amigos jugaron una parte muy importante, ya que ellos me han ayudado a mantener viva la pequeña llama de la música, constantemente nos vemos y ensayamos con nuestra banda de rock, pero simplemente para mí la música ya no es lo mismo.


A parte de esto, el mundo de la música cambió, y veo realmente difícil que vuelva a ser a como era antes, al menos dentro de los próximos 5 años. Cada vez me motiva menos tocar, cada vez me siento más incómodo tocando, y llegó el momento que pensé nunca llegaría: estoy considerando dejar la música.


Después de todo lo que he dicho creo que es entendible lo doloroso que sería esto para mí. No sé si realmente sería capaz de hacerlo, pero la verdad esto es algo que me supera, cada día es más difícil conciliar el sueño, hay días en los que el bloqueo es tan grande que me impide hasta escribir un post para Hive. Otros días me siento culpable por estar aquí en Hive generando contenido y no estudiando tuba, las invitaciones de mis amigos para tocar se han convertido en un gran pesar que no me atrevo a rechazar para no decepcionarlos a ellos tampoco.


English | Inglés


Greetings, Hive! Today I want to write about a situation that little by little has been overcoming me to the point of even blocking me from posting here at Hive; it has become a recurring thought that prevents me from concentrating properly. This situation I’ll talk about is the loss of passion for something we love, something that used to make us feel excited and happy.

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Basically since I can remember I have wanted to dedicate myself to music, it all started when I was around 6 or 7 years old thanks to a video game: The Legend of Zelda: Ocarina of Time. The main character of this game, Link, played an ocarina and I wanted to be like Link, so I also wanted to play an ocarina, in turn this made me very interested in instrumental music and eventually in orchestral music. After some time my mother enrolled me in a music school that was at her work, and there I began to enter this world.


In the mornings I was in school and in the afternoons I was in music, however it was very different, music motivated me much more than school, I had better friendships than in school and in general I had a much better time. I spent a lot of time singing in a choir, doing concerts and presentations in different types of events. At the age of 14 everything changed: I met my instrument, the tuba. It was a very particular instrument, nobody played it, it was very big, it looked rough, but I liked it.

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As I practiced on my instrument I liked it more and more and eventually I joined my first children's orchestra (not so childish, considering I was 15 years old) and that's when I said: I want to dedicate myself to this. The thing is that unfortunately, at that time I was in a really immature stage of my life, I wasted a lot of time in adolescent things; parties, friends, etc., and not really paying attention to my instrument, and now that I think about it, this could have been because everything I was doing at that time with the tuba in the orchestra was "ok" since I didn't have a tuba teacher in my city and there was no one really to guide me. However none of these situations made me enjoy music any less, on the contrary, I loved it more and more, I loved being there, and I wanted to keep doing that. It wasn't until about three or four years later that I began to move to the capital of my country, Caracas, to see classes of my instrument, and it was there where I realized that the world was much bigger than I imagined. The world of music is quite complex, and just as there are many wonderful people willing to help you, there are also many conceited, arrogant, contemptuous people; it is at this moment when my problems with musical self-esteem began, I was too far behind many people for the age I was, I wasn’t really talented or special. This got worse when I told my family that I wanted to be a musician, the disappointment on their faces that day is something that is marked in me with hammer and chisel, every day they talked to me about my cousins who had "real professions", they insisted me to study something "real", that I was going to die of hunger, that I was going to be a bum, etc.


Without realizing it, all this filled me with resentment, and music stopped being a mean to be happy and became a goal to prove my family wrong. Big mistake.


When I was 18 years old (quite late) I started to study music seriously. I focused mainly on recovering all the time I had lost in my teenage, for about 4 or 5 years I dedicated myself to study almost obsessively every day, sometimes reaching 8 hours of study in a day. Obviously this was a big step forward in my career, I was playing in a good regional orchestra, I won a scholarship that at the time was quite good, I was playing academic repertoire of intermediate-high level, we had incredible concerts, I had a tuba teacher in Caracas and I was doing very well in classes, everything seemed quite on track and I dare to say it was my best moment musically speaking, I was incredibly happy, I enjoyed too much every rehearsal, every note, every concert, so the next step in the list was obvious: auditioning and being in a professional symphonic orchestra.

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In between all this, 2016 arrived. It’s no secret that the economic crisis in Venezuela is quite serious, but by 2016 this crisis reached its lowest point, however I do not want to delve into details of a political nature. My personal situation was very delicate, I had lost approximately 55 pounds, the orchestra where I played lost the scholarship it had, my mom was unemployed and so was I, we had a really hard time. You will say that, it was then the time to leave music aside and dedicate myself to work, but I didn't, I didn't give up on music. I don't know if it was out of stubbornness, out of love, out of passion for music, or simply out of stubbornness to shut my family's mouth, but I continued to believe that I could make a living from music.


From here my experiences in professional orchestras began, the first of them being the Caracas Municipal Symphony Orchestra, the atmosphere was completely different, I don't know how to describe it right now, but I really felt that it was no longer a child's game but that I had to behave like a professional adult. And so it was, I took that responsibility with all the seriousness it deserved and my experience was more than positive. All the masters liked my work, I received good comments, and on top of that I was getting paid. What else could I ask for? I was really happy, now living from music was not just a dream, everything I dreamed about was materializing.

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After a concert with the Simon Bolivar Symphony Orchestra. Caracas, 2017.

However... In this orchestra I was participating as a guest musician, that is to say, I wasn’t part of the orchestra's payroll and they only called me when they needed me and therefore they only paid me when I played, so I couldn’t consider it as a stable job. I was like that for a while, playing in several professional orchestras in the country and creating a "good reputation" so to speak, and even though musically I was having a great time, my economic situation was still just as delicate. Eventually I auditioned for almost all the professional orchestras, but I didn't get in any of them. In some of them simply because I wasn’t up to the demands, and in others, years later I found out that I had not been accepted because the selection processes were not exactly fair... But well, that isn’t the point of this post.


It wasn’t until 2018 that I entered at my first professional orchestra and things began to improve economically for me, but not so much musically. Country’s situation made the teachers and musicians of the professional orchestras to migrate from Venezuela, in this including my tuba teacher, leaving me again without a teacher. Despite this I didn’t stop and continued working, and finally I could say that I was living from music.

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In order to meet my family's expectations, I had three jobs (all related to music), I no longer had time to study and my musical performance was dropping considerably, but everything was "fine" because "at least I had a job". Without realizing it, I was enjoying less and less the orchestra, playing, rehearsing, studying tuba, and at that moment I fell into a kind of emptiness in which I felt that I just existed for the sake of existing. This whole situation has been a constant roller coaster of feelings in which it has been really difficult to keep my sanity.

In 2019 I got a new tuba teacher who helped me a lot to find a north again in this difficult path and everything seemed to get in my favor again, until 2020... We know what happened. Being in quarantine demotivated me again and this time it was worse than ever. To say I felt useless is an understatement, even though the orchestra never stopped paying us our salary, I wasn't really doing anything productive. Within this my friends played a very important part, as they have helped me to keep the little ember of music alive, we constantly see each other and rehearse with our rock band, but simply for me music is no longer the same.


Apart from this, the music world has changed, and I see it really difficult for it to go back to the way it was, at least within the next 5 years. I'm less and less motivated to play, I feel more and more uncomfortable playing, and the moment I thought would never come has arrived: I'm considering quitting music.


After everything I have said I think it’s understandable how painful this would be for me. I don't know if I would really be able to do it, but the truth is something that this overcomes me, every day is harder to sleep, there are days when the block is so big that prevents me from even writing a post for Hive. Other days I feel guilty for being here in Hive generating content and not studying tuba, my friend’s invitations to play have become a great regret that I dare not refuse so as not to disappoint them either.


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Después de todos estos años, esa pasión por la música que tanto profesé y defendí casi con mi vida parece que me ha dejado, y es aquí donde yo me pregunto: ¿Y ahora qué?

After all these years, that passion for music that I professed so much and defended almost with my life seems to have left me, and this is where I ask myself: What now?


Este post terminó siendo mucho más largo de lo que esperaba. Si llegaste hasta aquí, muchas gracias por leerme. | This post ended up being much longer than I expected. If you made it this far, thank you very much for reading me.



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No sabes cómo te entiendo hermano, y eso que empecé hace 11 años y además en mi caso es más difícil porque yo no quiero hacer música en una orquesta, yo quiero tener una carrera musical como cantante y eso es aún más complicado para «facturar» y me lo han dicho toda mi vida también, pero sabes qué es lo que no me detiene? Mi felicidad.

Debes hacer lo que te haga feliz, no lo que creas que debes hacer, tú no tienes que demostrarle nada a nadie, tú ya te has demostrado a tí mismo que eres un gran músico y que lograste pasar situaciones complicadas en tu vida a través de la música, ¿Que te excediste? Si, es verdad, pero ¿Quién no lo ha hecho?

Hay cosas en la vida que no tienen porqué hacernos sentir culpables y más si es algo que nos apasiona, y para mantener el control, siempre terminaremos en el caos de algún modo.

No te sientas mal por sentir que debes rendirte, a veces hay que perdernos para encontrarnos, te lo digo yo que me rendí desde el año 2017 hasta el año 2018 (de no ser porque entré a este mundo donde empecé a hacer dinero cantando), pero nunca es tarde para volver a empezar.

Sumérgete en el fondo rey, libera y drena, explota y deja que esa combustión te libere y renazcas de las cenizas como el fénix, no con el hecho de tener que volver a luchar por la música, pero por lo menos con un nuevo objetivo que te haga feliz.

Todo va a salir bien, un día a la vez.

Por acá tienes un amigo con quién hablar que te entiende demasiado.

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Muchas gracias hermano, no sabes cuánto aprecio esas palabras. Se que a pesar de que todo se ve bastante borroso por el momento, eventualmente toda esta situación pasará y lo que pase será lo mejor.

Pero es difícil no dejarse llevar por esta sensación tan abrumadora.

Un abrazo hermano, gracias de nuevo!

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Es muy duro leer esto y ver en qué se ha convertido el mundo (y cómo han cambiado las oportunidades) durante la pandemia. Oye, te entiendo. Y sé que esto no tiene que ver simplemente con cuantificar logros o con lo que sientes por la música... La mente nos juega muy sucio en este tipo de encrucijadas pero, ¿Sabes algo? Yo creo que no has perdido nunca el norte. Sabes lo que quieres ser y lo que quieres hacer. No le creas a esos sentimientos que son producto de cosas que no tienen que ver con el arte. Tampoco te castigues mucho en el camino, es perfectamente normal sentirse así, sólo no te aferres a ello.

Tienes que i un paso a la vez... Es tu momento de sanar y de hacerte cargo de ti mismo, y créeme que una vez empieces a mejorar, vas a poder disfrutar de la música. Pronto podrás conectar con proyectos que llenen el alma de felicidad, vas a poder ver las oportunidades, más caminos se van a abrir... Sólo hay que seguir buscando los canales para poder drenar tantas cosas oscuras... No te rindas, quizás no compartimos mucho en la vida, pero yo he visto lo talentoso que eres, y estoy segura que no soy la única. Dejar lo que amas sólo hará que te undas más en ese hueco, no vas a sentir para nada ningún tipo de alivio. Considéralo...

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Me da un poco de paz (y esperanzas) leer que creas que no he perdido el norte, es solo que, me exigí tanto a mi mismo en algún momento que encontrarme en esta situación me parece incluso humillante. Lo peor de todo esto es que soy yo quién se castiga tanto.

Espero realmente poder reencontrarme con la música y la tuba y que esto sea solo un mal rato. Aprecio muchísimo tus palabras, Camila. Gracias inmensas por tomarte el tiempo de leer esto y de dejar tu comentario por aquí, me hace sentir un poco mejor.

Un abrazo!

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Toma la decision que sientas que te haga feliz, no importa que eso signifique cambiar muchas cosas en tu vida y dejar atrás muchas experiencias, no tengas miedo de salir de una zona de confort o de la vida como la conoces, acéptate, con o sin música, lo importante es que te sientas bien contigo mismo y logres involucrarte y realizar actividades que te hagan sentir feliz y prospero y no que te hagan sentir decaído, esto tomalo en pro o en contra de la música, lo más importante eres tú, tu persona, y eso va más allá de a qué dediques tu tiempo.
Sea lo que sea, aquí estoy.

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Creo que, en caso de dejar la música, lo más complicado sería justamente todo esto que mencionas acerca de aceptarme a mi mismo así. Porque como lo escribí, he profesado esto durante tanto tiempo que dejarlo atrás es casi un castigo para mí. La parte mas difícil sería verme al espejo y aceptar que simplemente no pude.

Y ojo, no poder con algo no está mal, es solo que me he exigido tanto en este camino que me siento hasta hipócrita conmigo mismo.

Pero bueno, supongo que mientras estoy aquí viendo que hago con mi existencia, la vida sigue pasando y no tengo tiempo de detenerme.

Muchas gracias por siempre estar, no lo dudo ni un segundo.

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