El mar (Narrativa)

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El mar ha sido su primigenio amor, su patio de juegos infantil y quien le ha dado el sustento para vivir.

Durante tres décadas su vida ha girado en torno a él y nadie conoce mejor la extensión de la península, los lugares olvidados y también las personas que en ocasiones ni existen porque nunca tuvieron un documento de identificación, ya que nacieron y murieron en algún caserío perdido en la vasta extensión de tierra que se une a la tierra firme por una pequeña porción de terreno de pocos kilómetros.

Su abuelo fallecido, desde niño le contó historias que fácilmente podrían llenar un libro de cuentos fantásticos, al mejor estilo de los grandes escritores y le inculcó un amor por la lectura que le ha servido de compañía en noches de soledad en los caseríos y pueblos perdidos del lugar.

-Yo nunca aprendí a leer y escribir, y me perdí de algo maravilloso, no te lo pierdas tu –Le repetía en muchos momentos, sobre todo cuando estuvo hospitalizado un largo tiempo por una neumonía que casi lo mata y él le acompañaba en el hospital.

Se convirtió en un ritual leerle algo antes de dormir y él en un buscador de tesoros escritos en las librerías de la ciudad, los preferidos de su abuelo eran los que tenían que ver con la pesca y el mar, por lo cual “El viejo y el mar” lo cautivó.

Contó haber pasado algo similar cuando pescaba meros fuera del golfo, en pleno mar abierto, pero que gracias a una tormenta se salvó ya que lo llevó hasta la orilla.

Era una enciclopedia de vivencias y experiencias y fue su padre ante la muerte de este ocurrida cuando solo tenía 8 años, producto de un naufragio ocurrido por una tormenta.

Su cuerpo fue tragado por el mar y nunca apareció.

Recuerda que es día fue al colegio una vecina a buscarlo y cuando llegó a la casa su mamá inundada en llano lo abrazó y le dijo “Se ha ido”

A los minutos llegó su abuelo, lo tomó de la mano y lo llevó al parque, allí le explicó como todo un maestro el desagradable incidente y entre tantas cosas le dijo.

-Ahora tú eres el hombre de la casa y yo seré tu padre sustituto.

Comenzó todos los fines de semana a llevarlo con él a las labores de pesca y a enseñarle lo referente a las tareas de esta y él como todo niño, ávido de información y de aprender resultó ser un excelente alumno y ya a los doce años manejaba los aperos como un pescador veterano.

Al culminar su secundaria se le presentó un fuerte dilema ya que la universidad estaba en una ciudad vecina y eso le impediría seguir su labor de pescador y llevar el sustento a su casa, conformada por ellos tres, ya que por razones desconocidas no tenían familiares conocidos.

Ante las protestas de su madre se quedó y dejó pendiente su ingreso para la universidad para próximos años.

El tiempo es implacable y su abuelo tuvo que dejar de pescar ante diversos achaques y enfermedades, por lo que tuvo que terminar la faena de arrastrar pepitonas que tenía el viejo ya que era un compromiso con una industria enlatadora que aun le faltaban unos años por vencerse.

En esos lapsos sus encuentros familiares fueron muy pocos ya que el lugar donde se efectuaba la labor estaba lejano y su madre se encargó de cuidar a su abuelo.

Este al sentirse recuperado no se quedó en la casa sino que conociendo las necesidades de los pueblos de la península comenzó a servir de transporte de agua potable y otras cosas, de tal forma que la casa a orillas de la playa, con el dinero ganado por ambos se fue agrandando y fueron adquiriendo comodidades.

En ese transitar por ese lugar inhóspito donde efectuaba su labor fue que comenzó a tomar la lectura como una forma de matar el tiempo y hasta se aventuró a escribir algún verso.

Recuerda uno de los primeros:

 

Tiene el Mar el embrujo
del misterio profano que alberga
la curiosidad escondida del ser
más fugaz de todos: el hombre.

 
 

Nota: Extracto de mi novela cuyo titulo tiene "El escritor"



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