Uslar Pietri, El Amigo Invisible

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Arte digital de mi autoría

 

A principios de siglo, bajo el signo de Tauro, el 16 de mayo de 1906 nace en Caracas, uno de los más grandes intelectuales venezolanos, tal vez el mayor, Arturo Uslar Pietri.

Su infancia y juventud transcurrieron en medio de una familia de modestos recursos liderada por su padre militar, Arturo Uslar Santa Maria y su madre Elena Pietri.

Alimentó sus primeras enseñanzas en el colegio francés de Caracas entre 1913 y 1916 y en la Escuela Federal de Varones en Maracay hasta 1919, siguiendo sus estudios de bachiller en la Escuela Federal "Felipe Guevara Rojas" de Los Teques.

Sus incursiones literarias llegan desde la propia infancia y ya en 1906, con apenas 14 años, sus escritos son publicados en diarios aragueños.

Sus influencias nacen desde la vanguardia literaria, que tiene su punto de más arraigo en el país en 1930.

Es la época de Post Guerra europea y las preocupaciones estéticas han ido tomando figura dentro de los temas, no escapando a su habilidad ese cúmulo de expresiones que harán de sus obras un compendio de sabiduría, lejos del escrito cotidiano y de los adornos de palabras inútiles.

Sus cuentos, género en el que comienza su carrera literaria tienen la armonía de la distinción y aunque los primeros fueron recopilados en 1928, cuando Arturo era un mozalbete de apenas 22 años, ya presagiaban una carrera rica y extensa que fue marchando al ritmo de sus inquietudes por temas no convencionales para el entonces.

A Barrabas y otros relatos en 1928 le prosiguió Red en 1936.

A la fundación, junto a Fernando Paz Castillo y Pedro Sotillo; en 1928 de la Revista Válvula, órgano del movimiento vanguardista, le siguió su grado de Doctor en Ciencias Políticas en la UCV al año siguiente y su marcha hacia Paris como Agregado Civil de la delegación de Venezuela y es allí donde escribe su primera gran obra, considerada la mayor de su repertorio, Lanzas Coloradas, que publica en Madrid en 1931, aun no llegaba cerca ni de los 30 años.

El tema de esta novela gira en torno a los patéticos años de la guerra a muerte, demostrando su inquietud creciente por la historia patria que le llevaron a ser uno de los más insignes investigadores en esa área, conocimientos que desbordó a través de las pantallas de TV durante mucho tiempo.


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Su carrera política, paralela a sus vocaciones literarias e históricas le llevaron a confrontar ideales en difíciles momentos, cuando las ideologías formaban parte de un enmarañado ensayo hacia los cambios que el petróleo y la muerte de Gómez trajeron al país.

Data de 1936 su ensayo “Sembrar el Petróleo”, que aun 80 años después no pierde vigencia.

En 1939 es nombrado Ministro de Educación y en ese periodo incluso refrendó la primera Ley Orgánica de Educación del país.

Es fundador del PDV (Partido Democrático Venezolano), por medio del cual es elegido diputado en 1944.

Los congestionados cambios lo alcanzan como Ministro del Interior del derrocado Presidente Medina Angarita el 18 de octubre de 1945 y esto obliga a su exilio en Nueva York, donde ejerce el cargo de profesor de la Cátedra de Literatura Hispanoamericana de la Universidad de Columbia.

Su musa siempre estuvo activa y su pluma incansable pintaba con letras emociones, momentos y perspectivas, creando un arco iris lleno de ese realismo que vibraba en sus obras.

A partir de 1948 comienza a publicar en el diario caraqueño “El Nacional” una columna llamada “Pizarrón” que mantiene por 50 años.

En 1949, “El Baile del Tambor” le hace acreedor al primer premio de cuentos del mencionado diario y al año siguiente, coincidiendo con su retorno a la patria le es otorgado el premio “Arístides Rojas” de novela por “El Camino de el Dorado” y es nombrado director de “Papel Literario”, en el diario donde escribía.

El 8 de octubre de 1951 es incluido en la Academia de la Lengua, donde no se incorpora sino hasta marzo de 1958.
El premio Nacional de Literatura le llega en 1953 y el establecimiento de la Televisión dará frutos a su mayor logro de difusión cuando narra la vida de numerosos personajes que dejaron una profunda huella en la historia y cultura universal a través de “Valores Humanos”.

No es hasta la caída de Marcos Pérez Jiménez, cuando Uslar regresa a su carrera política, y en 1958 es elegido senador como miembro independiente de URD, lo que le animó a lanzar su candidatura presidencial para 1963 apoyado por el MRP (Movimiento Republicano Progresista), obteniendo el 16,1% de los votos, que en proporción a los obtenidos en el Distrito Federal le dio nuevamente el cargo de senador hasta 1969.

Funda el Partido Frente Nacional Democrático (FND) que apoya al presidente Raúl Leoni.

Al finalizar su periodo como senador es nombrado director del diario El Nacional y es elegido nuevamente senador, ahora con su propio partido.

En 1971 recibe el Premio Nacional de Periodismo y, el año siguiente, el Ministerio de Información y Turismo de España le otorga el Premio Hispanoamericano de Prensa "Miguel de Cervantes".

Sus caminos siguen explorando y exprimiendo el conocimiento que va heredando a los suyos, a través de explicaciones lingüísticas o de giros idiomáticos que penetran con la noche a las casas a través de las pantallas.

Deja las lides políticas y desde 1975 a 1979 es Embajador Delegado Permanente ante la UNESCO cargo al que renuncia para dedicarse con fervor a su pasión de escrudiñador y creador de ambientes históricos y nacionales que vierte en “Cuéntame a Venezuela” y “Valores Humanos”, por TV.


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Sus años no pasan en vano, ellos van enriqueciendo las notas de su inspiración y siguen haciéndolo viajar a través de épocas no vividas, como un eterno pasajero del tiempo, capaz de plantar sus inquietudes.

Septagenario ya le es otorgado de nuevo el Premio nacional de Literatura en 1982 por su novela “La Isla de Robinsón” y 8 años después gracias a sus aportes para la creación de la novela histórica moderna Latinoamericana le fue otorgado el Premio "Príncipe de Asturias", Mención Letras.

Aun tendría tiempo de recibir también el Premio Internacional de Novela "Rómulo Gallegos", por su obra "La Visita en el Tiempo", convirtiéndose de esta manera en el primer venezolano que obtiene este galardón.

Sus incursiones en campos tan distantes como la economía y la literatura hablan de la capacidad intelectual del hombre, de sus deseos por lograr el clímax en sus creaciones.

Nunca se conformó con obtener los conocimientos sino que los mismos estuvieron abiertos para quien lo deseara y su premio más significativo lo es sin dudas el recuerdo imperecedero de generaciones que olvidándose que desde el 26 de mayo del 2001, no habita en el reino de los hombres, aún aquella frase que lo identificaba permanece, y hace evocar esas tertulias enriquecedoras televisivas que saludaba y despedía con “Amigos Invisibles”

 
 

Nota:Para la realización de este ensayo biográfico se usaron varias fuentes periodísticas, literarias y virtuales de donde se extrajeron las fechas nombradas en el mismo, entre ellas “Wikipedia”

 

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