Lenguaje e imaginación (Parte I)

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"Collective invention" (1934), de René Magritte Fuente

Apreciados lectores, inicio la publicación de un trabajo que escribí hace cierto tiempo, pero que continuaba inédito. Se trata de consideraciones teórico-críticas acerca del lenguaje y su uso instrumental o imaginativo. Serán dos o tres entregas, que espero no sean de difícil lectura y comprensión. Gracias por su gentileza.

Preliminar

Antes de entrar en el tema, precisemos dos premisas fundamentales para entendernos mejor.

¿A qué nos referimos cuando hablamos de lenguaje en este texto? Lo diferenciamos de lengua (se celebró el mes recientemente pasado su día). El concepto que usamos es mucho más amplio; asumimos el lenguaje como la facultad humana de comunicarse mediante un sistema de signos, que puede ser una lengua, pero también otros sistemas sígnicos. Esto nos permite hablar de lenguaje verbal y lenguaje no verbal (el gestual, gráfico o icónico, musical, cinematográfico, etc.). Aquí atendemos al lenguaje verbal.

¿Qué entendemos por imagen? La enmarcamos en el campo de lo verbal. Seguiremos la propuesta de Octavio Paz, autor que es guía en este trabajo, quien asume la imagen como toda forma verbal –sea palabra, frase o conjunto de frases– que configura el decir en el texto (poema u otra manifestación verbal).

"The imaginative faculty" (1948), de René Magritte Fuente


El lenguaje hecho imagen

Toda imagen acerca o acopla realidades opuestas, diferentes o alejadas entre sí.

Aparentemente, la ciencia pretendería algo semejante: por una misma reducción racional, individuos y objetos se convierte en unidades homogéneas. Cuando la ciencia ha esto, realiza un proceso de abstracción, por el cual las cosas dejan su manera propia de ser y pierden, por esa especie de escamoteo llamado abstracción, todas sus cualidades y su autonomía. El proceso homogeneizador o unificador de la ciencia las mutila y empobrece.

Como sostendrá Paz, en el lenguaje poético ocurre otra cosa; en él los elementos de la imagen no pierden su carácter concreto y singular. La imagen resulta incómoda porque "desafía el principio de contradicción", tan caro a la lógica occidental, e incluso a la dialéctica, cuya insuficiencia parece estar en su tentativa por salvar los principios lógicos: la tesis precede a la antítesis, y ambas desaparecen para dar paso a una nueva afirmación que, al englobarlas, las transforma. En la concepción más generalizada del pensamiento occidental y dialéctico, la afirmación y la negación se manifiestan en tiempos separados, nunca en una existencia simultánea.

La historia de las ideas y del mundo en Occidente se ha erigido esencialmente sobre la diferencia recortada entre lo que es y lo que no es. Para el lenguaje poético, esto es esto y aquello es aquello, y, al mismo tiempo, esto es aquello, como lo declara bien Octavio Paz. El poeta Arthur Rimbaud, en su Carta del vidente, expresó: "Yo es otro". Se revela, así, una coexistencia en movimiento y necesaria de los contrarios, pero también su final identidad. El ser perdura en su caos primordial.

La lógica occidental ha construido un mundo de referencias y representaciones que se expresa en un discurso de la objetividad, a veces sutil, a veces brusco, que pretende unificar la pluralidad y la ambivalencia de las cosas, de lo cual el discurso científico estándar es su construcción más sofisticada. "Todas nuestras versiones de lo real –silogismos, descripciones, fórmulas científicas, comentarios de orden práctico, etc.– no recrean aquello que intentan expresar. Se limitan a representarlo o describirlo", señala Octavio Paz.

"The treachery of images" (1928-29), de René Magritte Fuente

En el momento de la percepción, la realidad se nos muestra en su pluralidad y ambigüedad. Su estructuración en el discurso normativo o científico atraviesa un proceso, generalmente no visible, que convierte ese real contradictorio en una esquelética y reducida formulación.

La imagen restituye a la realidad su carácter plural, inmediato, complejo, desequilibrado, como la aprehendemos en el momento de la percepción, y revive aquello que pervive esencialmente en lo más oscuro y remoto de nuestra experiencia cotidiana. "El verso, la frase-ritmo, evoca, resucita, despierta, recrea (…), no representa, sino presenta", aporta Octavio Paz.

Esta operación, que tiene lugar en el lenguaje poético a través de la imagen, le permite a la palabra recuperar su riqueza original, su polivalencia en el significado. La polisemia revive por el desenvolvimiento mágico del lenguaje hecho imagen.

El lenguaje habitual, objetivo, no solo tiende a ser unívoco, a restringir el sentido o significado a una existencia de dato preciso y único, sino que también la palabra es concebida como medio, un instrumento para transmitir ese sentido único.

Así, pues, lo objetivo es también instrumental. Nuestro mundo objetivo (sistema de objetos, según Baudrillard) se constituye en reino de la instrumentalidad, y en él la verdad de todo es ser medio, es decir, servir para. En esa concepción –dominante en nuestra civilización–, la existencia del lenguaje se reduce a ser medio para transmitir conceptos, ideas, etc. Y como plantea Fernando Savater, "no hay creación en el ámbito de lo estrictamente instrumental, sólo reproducción".

"The human condition" (1933), de René Magritte Fuente

El sentido de la imagen, por el contrario, es la imagen misma. La imagen se explica a sí misma. Ella es su propio fundamento. Por lo tanto, la imagen no es medio; es irreductible a cualquier explicación. El lenguaje y sus vocablos se vuelven insustituibles, se alejan de la instrumentalidad en la cual han sido envueltos y paralizados por el imperio gris de lo objetivo, cuyo poder llega hasta el extremo de que este planteamiento no sea ni siquiera posible de ser pensado por nuestros cerebros, acostumbrados a la única experiencia "normal" y posible: la del lenguaje como instrumento.

De allí que lo utilitario, lo instrumental, en cuanto simple reproducción, tienda a dificultar o entorpecer el ejercicio de la imaginación creadora.

Como se ha dicho, la imagen reconcilia los contrarios –esto es aquello-, pero esta reconciliación no puede ser explicada simplemente por la palabra –excepto por la imagen, en la cual han cesado ya de serlo, para ser algo más. De este modo, el lenguaje, invadido por la poesía (léase, la imagen), se ve traspasado y transformado; cesa de ser mero lenguaje, en cuanto conjunto de significantes que refieren a unos significados determinados. Para decirlo con Octavio Paz, la imagen "dice lo indecible".

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Hasta la próxima entrega.

Referencias bibliográficas

Paz, Octavio (1973). El arco y la lira (3ª ed). México: Fondo de Cultura Económica.
Rimbaud, Arthur (1986). Una temporada en el infierno. Las iluminaciones. Carta del vidente. Venezuela: Monte Ávila Editores.
Savater, Fernando (1982). La tarea del héroe. España: Edit. Taurus.

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#neoxian #entropia



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Tú publicación responde muchas inquietudes que se presentan al intentar expresar día a día lo que quiero decir por medio de una imagen. Y es inmenso el abanico de posibilidades. Mucho más fácil es buscar una imagen que apoye lo que decimos o queremos decir. Me interesa mucho el tema y agradezco que lo abordes de esta manera. Lo mío es puro instinto y voy descubriendo cosas interesantes. Saludos @josemalavem

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Gracias por tu visita atenta. Me contenta que estas escuetas líneas mías te puedan servir de algo para tu ejercicio creativo. Saludos también para ti, apreciada @evagavilan.

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Increíble este post. Muy bueno. Casi no comento, pero soy un fiel seguidor de su trabajo. Esta tesis sobre la imagen explica mucho de la poética narrativa en mucha de las novelas de Roberto Bolaño (un autor predilecto), en sus escenas siempre introduce una imagen muy potente, sin ser explicada, que poetiza y hace que la escena pase a un plano onírico. Ahora entiendo un poco más. Saludos, colega. Estaré terminando esta serie de post.

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Agradezco tu lectura y atento comentario, @poesiaemirica. La concepción de la imagen -libre, gratuita, que no requiere explicación- es capital en toda creación literaria de calidad. He leído a Bolaño, no tanto como quisiera por dificultades de acceso a sus libros. Los detectives salvajes me parece una extraordinaria novela. Saludos.

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