Guerra espacial, Capítulo 1

La Tierra no ha sido visible desde hace unos días. Por un lado, estoy muy contento de haber dejado atrás este planeta infernal, y por otro lado, estoy triste por haber tenido que dejar a mi amigo allí. Pero la emoción de estar en casa pronto es casi capaz de anular la tristeza.

Casi.

Estoy parado en el puente de la nave que ha venido a recogerme y ver las estrellas pasar volando. No literalmente, por supuesto. La información sobre nuestro entorno se recoge y se muestra en grandes pantallas. Hay ventanas, pero están bloqueadas con gruesos escudos que sólo se abren en caso de emergencia.

Todo el mundo está tranquilo, aún no nos hemos encontrado con ningún Splerions en el camino. Es poco probable que esto siga ocurriendo, ya que hemos entrado en el espacio protegido.

Después de la declaración de guerra de los Splerions, se habían puesto en marcha medidas de seguridad. Como los Splerions son una raza con características de insectoides, los equipos científicos han ideado un mecanismo para alterar su percepción.

La tecnología de camuflaje normal no funcionó y tomó un tiempo hasta que descubrimos por qué no funcionaba. Los desplomes no dependían de su vista como los humanos ni de su oído como nosotros. No, los Splerions huelen cosas.

Al principio, nadie quería creerlo. No hay atmósfera en el espacio y para que se detecte un olor, se necesitarían muchas moléculas. E incluso entonces, se dispersarían rápidamente. Pero los Splerions parecían haber evolucionado en una dirección que les permitía detectar la más pequeña cantidad de feromonas u otras sustancias químicas.

Sus naves espaciales están equipadas con sofisticados sensores, basados en sus propios órganos sensoriales. Una sola molécula es suficiente para desencadenar una respuesta en las "antenas" conectadas a sus naves espaciales.

Pero la tecnología avanzada tiene un gran defecto: está demasiado cerca de un sistema biológico. Y los sistemas biológicos son cosas frágiles que pueden romperse fácilmente con los productos químicos adecuados. Así que produjimos los productos químicos adecuados.

Para ser precisos, producimos feromonas. Millones, miles de millones de litros. Esas feromonas fueron colocadas en sistemas de dispersión ubicados en planetas cercanos. El flujo constante de químicos altamente potentes confunde tanto a los sistemas del Splerion que tienden a chocar contra los planetas, a veces incluso entre sí.

Pero esa no es nuestra única línea de defensa.

Cada nave espacial está equipada con químicos que imitan la forma de las señales que siguen los Splerions pero que no se separan de los sensores, obstruyéndolos efectivamente. No se pueden detectar otros productos químicos a partir de ahí y los Splerions son básicamente ciegos.

Es casi imposible para ellos encontrar nuestras naves. Es completamente imposible de seguir.

Mientras el barco esté equipado con estos productos químicos. Mi nave científica no lo era, así es como nos atraparon. ¿Pero esta nave en la que estoy ahora? Lo último en tecnología. No más de unos pocos meses. ¡Y es tan rápido!

La excitación inunda mi cuerpo al reconocer las señales familiares que indican que nos estamos acercando a la órbita de mi planeta. Casi en casa! ¡Por fin!

Puedo ver la sonrisa del capitán. Mis alas tiemblan ligeramente en anticipación. Pronto podré volar de nuevo.
Extiende mis alas lejos....

La alarma a todo volumen interrumpe mis pensamientos de felicidad. Miro al capitán, con los ojos muy abiertos.

"¡¿Qué está pasando?!", pregunto. *"¿Tenemos una brecha?" *

"No", la voz del capitán no es más que un susurro. "Esa no es la alarma de brecha. Esa es la alarma para cuando estamos siendo atacados."

"¿Atacado? ¿Por quién? ¿Cómo? ¿Por qué no los vimos antes?”

"Parece que conocían nuestra gama de sensores y se mantuvieron fuera de ella lo suficiente. Son los Splerions.”

"¿Cómo? ¿Cómo fueron capaces de seguirnos?"

"No lo sé", dice el capitán, el pánico en su voz. "Yo no... " Él se detiene. Su piel adquiere un color azul claro poco saludable. "Oh no ", dice. "Oh por favor, no."

"¿Qué? ¿Qué es?"

"Los humanos ", dijo el capitán. "Sabotearon nuestro mecanismo de camuflaje químico."

"¿Hicieron qué? ", grito. "*¿Por qué harían eso? ¿Cómo lo hicieron?"

"¿Recuerdas que los humanos inspeccionaban la nave para asegurarse de que no transportáramos gérmenes de su planeta?"

"¿Sí? "

"También revisó el tanque de químicos."

"¿Y no has confirmado si todo está bien antes de empezar?"

Un apretón de manos del capitán.
"No pensé... No me lo esperaba...“

"¿Qué hicieron exactamente?" Pregunto.

"Cambiaron los químicos. Hemos estado esparciendo feromonas todo el tiempo. Feromonas más fuertes que las que hemos estado dispersando para confundir a los Splerions. Sólo necesitaban seguir nuestra firma química única para evitar el cinturón protector".

"¿Así que estás diciendo que los humanos sabían exactamente lo que estaban haciendo?"

"Me temo que sí", responde el capitán. "Los humanos parecen haberlo planeado todo. Están trabajando con los Splerions".