Distintas perspectivas ante un mismo hecho… y ¿Cuál es la tuya? Parte I

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Como fieles resilientes ante distintas situaciones, sobretodo la actual que nos mantiene más tiempo en nuestros espacios que fuera de estos, nos quisimos aventurar en las siempre agradables páginas de un libro, mismo que nos mostró en su lecturas puntos bastantes interesantes como para compartirlos con buenos lectores, es decir, con cada uno de ustedes.

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Fuente

Así que afila tu visión, abre tu mente y sincera tu corazón, porque al final de este post deberás llegar a una conclusión sobre ¿Cuál es la perspectiva con que abordas uno, varios o cualquier hecho en tu vida?

Aclarando sobre la fuente de inspiración

Tal como lo dijimos en la Intro, este post nace por reflexiones que surgieron a raíz de una lectura. ¡Oh sí! No se puede negar que hay cosas que siguen dando más gusto hacerlas al modo tradicional: un libro físico, el olor de las hojas, los marcadores de libros y la opción de dejarlo encima del tanque del water closet o mejor conocido como WC ;-)

Lo cierto es que el autor de este libro que se titula ¿Optimista yo? se llama Álvaro Pérez Kattar y narra el descubrimiento de una actitud o perspectiva que ganó producto de un accidente de tránsito que marcó un antes y un después en su vida (o por lo menos la reafirmación de lo que antes hacía de manera inconsciente).

La idea no es presentarle un resumen del libro, sino compartir con ustedes nuestras reflexiones acerca de varios puntos que ganaron nuestra atención.

Y empezamos a dilucidar sobre esos puntos

Pérez Kattar, ha visualizado 4 perspectivas que pueden estar presentes a lo largo de nuestra vida o en buena parte de ella, perspectivas de vida, actitudes, reacciones, como gustes llamarlo. Inclusive cada uno de nosotros las ha vivido o practicado en algún o muchos momentos, lo interesante aquí es saber si ellas ya se encuentran enraizadas en ti a tal punto que forman parte de tu personalidad.

Otro punto interesante es que la mayoría de estas perspectivas parten desde la dualidad que el ser humano busca conceptualizar para tratar de entender o razonar acerca de algo, ya conocerán porque

Se! Seee ya sabemos que los tenemos en ascuas, tranquil@s, aquí están:

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1.- El Negativo Crónico

Esta clase de personas suelen ver cualquier cosa de una manera pesimista, siempre esperan desenlaces con resultados poco favorecedores para ellos o para los demás.

Si tuvieran que escoger un eslogan sería:

“Espera siempre lo peor o piensa mal y acertarás”. Por lo general, en cualquier tema de conversación (así sea algo cotidiano) se creen dueños absolutos de la verdad y cuestionan cualquier actitud positiva de su interlocutor. Los hacedores de esta perspectiva les gusta definir las situaciones bajo los parámetros: bueno-malo, blanco-negro, positivo-negativo.

Dicho de otro modo no existen grises, ni medias tintas simplemente o es una cosa o es la otra.

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2.- El Positivo Crónico

Esta clase de personas tienden a ser lo contrario del “negativo crónico”, todo lo ven exageradamente bien, nada que cuestionar, nada que pensar, por lo general suelen sobrestimar el positivismo que pudiera sacar de cualquier situación.

Esta exageración parte del hecho que ciegan el juicio, evitan la polémica pero también son escurridizos a la hora de confrontar una situación.

En resumen, usan el positivismo extremo como escudo de una realidad que no quiere hurgar.

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3.- El Inconformista

Una de las cosas más curiosas de la persona inconformista es que puede darse de manera positiva o negativa, ¿quién no ha conocido a alguien que suele buscar la perfección en el trabajo, a la hora de cocinar, en que los momentos vividos sean perfectos y en esa búsqueda dejan de disfrutar el proceso?, también existen los inconformistas que una vez que alcanzan una meta quieren más y más, como en el caso de los millonarios: que aun llegando a la cima quieren alcanzar otra más alta o los que tienen ansias de poder.

El riesgo de esta clase de personas es que pueden perder sensibilidad a tal punto que se vuelven seres irritables y soberbios.

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4.- El Conformista

Seguramente hay muchos que al leer el subtítulo habrán recordado aquella célebre frase de nuestros padres: “Debes aprender a conformarte con lo que hay”, sin mayores pretensiones que aceptáramos lo que tenían para darnos.

Más sin embargo, este tipo de frases es inocente en comparación con la persona conformista, ya que “el conformismo” puede hacerse tan evidente que la persona deja de ver el lado bueno o malo en cualquier situación vivida, simplemente no le dan mayor importancia, se vuelven incapaces en reaccionar o de expresar emociones.

Las facciones de las personas conformistas suelen tener un dejo de tristeza porque la vida no tiene mayor emoción.

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5.- El bien esperado “Optimista”

Una de las mayores características de una persona optimista es que no esconde, ni deja de ver la realidad que lo acoge y aunque pudiera sentirse mal al principio esto no lo detiene para encontrar un aprendizaje en lo que le está sucediendo, si tuviera que definirse por un eslogan sería “la vida te da oportunidades para crecer, está en ti si lo aprovechas”.
Mirar la vida desde esta perspectiva permite cuestionarse y hacerse cargo de la situación, saben que es perfectamente capaz de “crear” y cambian el ¿Por qué a mí? por el ¿para qué me sirve esto?

Cómo ven, son 4 formas de encarar la vida, ninguno de nosotros escapamos de haberlas aplicado, inclusive pudiera darse el caso que llenamos de optimismo a otra persona pero no terminamos de aplicarlo en nuestra vida, sobretodo porque es fácil repetir una frase positiva que interiorizarla de verdad.

Hemos llegado al final de esta primera parte, no sin antes preguntarte:

¿Cuál es la perspectiva más presente en tu vida o por lo menos la que más prácticas?

¿Has conocido a alguien con alguna de estas características?

Si te ha gustado el tema no dejes de leer la segunda parte, porque trae más elementos que servirán para la reflexión. Por ahora, nos despedimos con un abrazo virtual.



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