Los carnavales a través de las décadas. Brevísima referencia.

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Los carnavales a través de las décadas.

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Mi infancia, en la década de 1960 en Las Mercedes del Llano, me ha sido inolvidable, debido a las múltiples y notables experiencias vividas en las diferentes épocas del año, ya fuera de año nuevo, carnavales y cualquier celebración del calendario.

Como estamos en febrero de carnaval, voy a referirme a las vivencias de los años sesenta y setenta, y un poco a la situación actual.

Cuando estaba niño, los carnavales eran una manifestación que se caracterizaba por jugar con agua, para lo que se usaban baldes llenos de ese líquido, que a veces se tenía por tambores, ya que en esos tiempos las tuberías no habían tomado auge aún. Pero jamás faltaba el agua.

Este juego era muy popular, pero por supuesto, que tenía sus detractores y quienes no lo aceptaban ni soportaban, además de que podía significar un problema para la salud y la misma vida.

Los extremosos eran personas que inventaban, y llenaban bombas de agua para lanzarlas de muy lejos, sin ser descubiertos o vistos, pero en algunos casos las metían a congelar en las neveras, y era algo cruel cuando las estrellaban en la humanidad de alguien, y viví en directo la pérdida de un ojo en quien había sido impactado.

Presencié cuando los jugadores que se pasaban de la raya, utilizaban harina de trigo, cal y hasta pintura, algo que nunca me pareció racional. Aun así, había quienes se dedicaban a jugar de esa manera, y añadían huevos crudos hediondos.

Muchas peleas resultaban de esa agresividad, e igual personas heridas.

A mamá Cecilia no le gustaba por nada del mundo el jueguito del carnaval ni que les sacaran a sus hijas de los cuartos, obligadas para mojarlas. y para enfrentar la situación, una vez preparó un tambor con todo tipo de inmundicia, para enfrentar a los potenciales jugadores de carnaval.

Y con los impactos que en el olfato y la ropa proporcionaban esas fétidas sustancias, descartaron defintivamente ir a "carnavalear" a nuestra casa en los años posteriores.

Cuando mamá Cecilia, cual valiente guerrera ella sola se enfrentaba ese camión lleno de más de 10 carnavalistas, a nosotros los hijos pequeños nos entraba miedo, pero luego nos reíamos a carcajada suelta, cuando los hombres exclamaban:

—¡Fo, fo fo! ¡Hay que ver que esa vieja sí que es bien basta y cochina de verdad!

Y otros decían:

—¡Qué va, Juancho Álvarez! El año que viene, ni se te ocurra la idea de volver a traernos a jugar carnaval a esta casa.

Sin embargo, los carnavales siempre han tenido su parte bonita, y son distintas manifestaciones de antiquísima data. Por ejemplo, los desfiles de carrozas con reinas, los concursos de comparsas, y las diversiones características de la fecha.

El acto central siempre era la elección de la reina del pueblo, pero en las escuelas no dejaban de elegir a su acompañante, al que llamaban Rey Momo.

La inocencia me jugó malas pasadas varias veces, y nadie me aclaraba nada, pues gané varias veces esa elección de Rey Momo en mi escuela Rafael Paredes, pero yo me sentía orgulloso de siempre acompañar a la reina.

Bueno, por lo menos, me dejaron disfrutar de mi título porque nunca me dijeron que esa mención se la levaba el más feo siempre. ¿Y yo? Feliz de acompañar a esa linda niña mientras mis familiares y amigos se reían socarronamente.

Pero estoy agradecido de la vida por esa niñez en carnaval.

En tiempos actuales, ha desaparecido por completo el juego de carnaval con agua, debido al caos en que está sumido el país, lo que ocasiona la escasez de agua, pues es prelación consumirla que emplearla en juego.

Ahora en los desfiles se aprovecha para las muestras culturales, como por ejemplo, en danzas tradicionales, y las carrozas mantienen su presencia.

Un carnaval sano es lo ideal en estos tiempos, como en la escuela Asentamiento Campesino Los Cedros, donde laboré hasta mi jubilación en 2010. Estas gráficas son de mi amiga y colega Mirlandia Prado, tomadas en fiesta carnvalesca, el 21-2-2020.

Mirlandia con sombrilla diseñada por Yosilet Palma.

Mirlandia con 3 de las pequeñitas candidatas al reinado carnavalesco de su escuela.

Desfile en grupo, de las candidatas al reinado de carnaval de la escuela Los Cedros.

Que Dios nos bendiga cada día.



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4 comments
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Excelente referencia de los carnavales a través de los años. muy buena la descripción, aquí estoy muerta de risa con lo que preparaba mamá Cecilia para enfrentar a los jugadores de carnaval, estupenda la idea jajajajaja esta buenísimo ese escrito.

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Muchísimas gracias, Mariela. Haciendo un poco de memoria de aquellas experiencias.

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Magnifica y completa la remembranza sobre la celebración de los carnavales de antes. Casi me veo allí metido en el relato del amigo @lecumberre. Suerte y saludos.

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Muchas gracias, Oscar. A @lisfabian le llamará lo que escribí de la anécdota de mi mamá Cecilia. Ja, ja, ja. La pura verdad. Año 1963.

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