Saludos mentes inalcanzables de Steemit.

El día de hoy, traigo uno de los casos que ha mi parecer, son de los que más debemos tener cuidado como sociedad para salvaguardar a los más inocentes: los niños. En el siguiente microrelato, expongo un mensaje que a mi parecer, siempre es un tema tabú, pero que debemos evitar a toda costa... Espero lo entiendan.

Sin más preámbulos, espero disfruten la lectura.

El Monstruo de mi Habitación

Conozco ese ruido… Sí, lo conozco perfectamente… Él… ¡Él ha regresado!

La puerta se abre con un quejido seco, y veo que entre las cortinas de sombras que rodean mi habitación una luz amarilla se derrama por los suelos. Una silueta alta y tosca penetra en mis estancias, e inmediatamente siento que me observa con esos ojos perfectamente brillantes de pura maldad.

—¡Aléjate! —Grito de inmediato. Mis manos húmedas y temblorosas se aferran a las cobijas que rodean mi cama.

Él se aproxima lentamente, y cuando está suficientemente cerca me acaricia la mejilla con sus asquerosos dedos repletos de callosidades. Su mano desciende lentamente por mi largo cuello, y detiene su recorrido en mi tembloroso pecho.

—Por favor. —suplico, tartamudeando. Las lágrimas se deslizan por mi cara muy rápidamente—. Para… por favor, detente.

Pero él no hace caso a las palabras suplicantes de la asustada niña que como siempre, implora para que todo sea un sueño… Una pesadilla que se pueda olvidar fácilmente. Mientras el ser me toca y me corrompe lentamente, pienso en el día en que todo esto acabe. Sólo quiero morirme… Quizás así poder descansar de todas las atrocidades que he vivido. Todas las noches, a la misma hora, le imploro al ser que me deje en paz, que se esfume de mi vida y me deje ser feliz.

Aunque por más que me esfuerzo, él no me escucha. Ese ser monstruoso siempre me atormenta, me arrebata la vida… hago lo posible para cerrar los ojos, para no mirar. Pero al final no lo logro, y siempre termino por darme cuenta de que el monstruo, esa bestia condenada a los infiernos, tiene el mismo rostro de mi padre.

Imagen cortesía de: Amino Apps
El Relato es Autoría propia de: @alinsonchangir