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La Fábrica de Conservas (Capítulo I)

Una máquina en funcionamiento, con ese ruido de lubricación saliendo de los engranajes.

	Piezas que se unen y despegan desprendiendo calor. Suficiente para emitir un chorro de humo hacia un lateral,

dando aspecto de locomotora, más que de una envasadora de alimentos.

Trabajando sin parar todo el día, era increíble pensar, que una sola persona podía encargarse de mantenerla activa.

El mantenimiento de los tubos superiores era básico. La tolva debía estar completamente libre de partículas, no podía acumular ningún sedimento, ni viscosidad. Además incluía un sistema de pasteurizado el cual garantizaba que estuviera exenta de bacterias.

Transportando sin cesar el producto, una banda transportadora de vinilo

y otra de material sintético, cumplían las funciones de 10 hombres en una sola faena.

Las correas jugaban un papel esencial en la producción masiva, ya que, con ellas se prescindía de la contratación de mano de obra y a la vez se conservaba el standard de calidad.

Martillando el último perno de acero, atado por la cintura con el arnés de seguridad,

Rich, reparaba la tapa superior de la tolva donde se resguarda la mezcla. La materia prima colocada entre dos galletas a manera de waffles.

La "jalea", pasta de la cual todos querían obtener la fórmula.

Ingrediente secreto guardado bajo llave por generaciones, el cual mantenía el auge de la empresa, ahora en manos de un único heredero.

_ Toc, toc, toc
_(Silbido)
_ Hey, man... Despierta!

Parados al borde de una cornisa, en el segundo piso de la casa antigua.

	Dos jóvenes, tocaban el vidrio de la ventana, al tiempo que lanzaban objetos a la cara de Richmond Freud.

Pequeñas piedras, desprendidas del friso de nivelación, semillas de frutas que recolectadas por los murciélagos eran dejadas caer en el voladizo; ramas, hojas secas, cáscaras de nueces, había de todo allá arriba...

Pero, no lograban despertar a Rich, quién debería estar pendiente según la costumbre, esperando a los "guardianes de la noche".

Aun cuando terminaba la jornada, él no paraba de trabajar. Para un joven de apenas 18 años,

como era el caso de Rich, los intereses deberían ser, salir a divertirse.

En cambio, este chico se pasaba la mayor parte del tiempo subido en la máquina procesadora usando el equipo de protección para practicar una especie de deporte extremo. Había desarrollado la habilidad de pasear entre el herraje y las tuberías de aireación, haciendo acrobacias, mientras se encargaba del mantenimiento.

Definitivamente, disfrutaba aquello de estar suspendido entre los 19 tubos de acero inoxidable de no menos de 15 metros de altura.

_ Hey, ¡Pásame algo más!... Una semilla grande
_ Toc, toc, toc, ¡Rich, amigo!, ya estamos aquí...

¡Psh, Mateo!,

"¡Mira lo que he descubierto entre las ramas secas!. Lo deben haber perdido los niños mientras jugaban, creí que nos serviría de algo." Habían encontrado una pelota de "golf" en el techo, justo cuando estaban a punto de marcharse al ver que Rich no despertaba.

Ambos se miraron a la cara y pensaron en lanzar la pelota a través de aquella ventana, lugar donde se encontraban encaramados,

	con un pie en el aire y otro en el borde del cobertizo.

Como de costumbre buscaban a su amigo para ir a realizar una caminata nocturna por los alrededores en busca de diversión. Pero, últimamente cuando Rich dormía era casi imposible despertarlo, debido al cansancio generado por su exceso de trabajo.

Dijo, Mateo:
_ ¡De acuerdo Arthur!, solo intentaré no golpearle la cara.

Mientras, Arthur pensaba:
_ ¿Será buena idea?

"Sería algo muy distinto, lanzar una semilla de girasol dejada por un murciélago, una cáscara o una piedrecilla,

a lanzar una esférica maciza, diseñada para golpearla con un palo de acero."

Al final Arthur accedió:
_ ¡Ok?, solo ten cuidado, no vayas a hacerle daño a nuestro querido Rich...

Luego, sugirió Mateo:
_ ¡La lanzaré al lado de la almohada!.

"Seguro sentirá el movimiento... ¡O tal vez!, trataré de atinar la sábana que tiene enrollada a su costado."

Arthur y Mateo, por fin se atrevieron a lanzar el objeto contundente, a través de la ventana. Pero algo les decía, que no todo andaba bien...

Un grito de dolor salió del cuarto donde dormía Rich... Un quejido entre las sábanas, las cuales cayeron desplomadas al piso. A pesar de haber apuntado el proyectil hacia la sábana acolchada que se ubicaba al extremo de la cama, no contaron con que ahí se agasajaba, alguien más.

Rich, no estaba solo...

"Marine", la novia de Rich, se había quedado con él, motivado a que se sentía un poco inestable esa noche. Enrollada en la sábana, al lado de Rich, cubriéndose del frío.

Ella recibió el pelotazo directo en el ojo. Sin embargo, no fue motivo para molestarse. Entre los tres la auxiliaron.

Colocándole una bolsa de hielo y consintiéndole un poco. En tan solo minutos, ya bajaban por la escalera exterior que lleva hacia el jardín, saltaron el cerco de la propiedad y abrazados escaparon riéndose como los mejores amigos...

Fueron por una botella de brandy y cigarrillos, rumbo hacia la carretera interestatal...