"Lo que hace la víspera" - Mini Historia inédita

Los pequeños ojitos solemnes brillan con picardía e impotencia.

-Santa no existe.

Sigue repitiendo el endemoniado niño gordito y rojizo con su exageradamente grande paleta de Navidad.

-Tu deberías callarte. Si Santa no existe al menos podrías reemplazarlo, te sería fácil porque eres gordo.

El niño rollizo y profundamente ofendido le ha gritado.

-Hermana me ha dicho que Santa no existe. Que todo nos lo da mamá. Como tu seguro no tienes mamá vas a seguir en el hueso esta Navidad.

El pequeño niño harapiento se ve despojado de su paciencia y le arrebata la paleta al niño. Rompiéndola contra el piso en decenas de pedacitos. El niño gordo corre a decirle a su madre llorando.

"El indigente me ha atacado" y su madre se lleva al saco de grasa fulminando al pequeño niño con furia. Este baja la mirada apenado. No tiene quien lo defienda y sabe que nadie le creería. Se queda sentado en una acera y los ojos se le han puesto aguarapados.

La escena me indigna desde la distancia. Me encuentro comprando una bandeja de pastelitos y en un arrebato le pido al que me atiende que envuelva otra docena de pastelitos y les ponga "De parte de Santa". Le doy mi número y le pido:

-Este es mi numero de teléfono. Cuando este junto a ese niño por favor llámame sin que el te vea y dile que eres Santa. Que como se ha portado bien le has dejado una docena de pastelitos en este negocio.

Haciendo caso a la petición del hombre, el trabajador hace lo solicitado.

-Hola...¿Santa? Que gusto hablar contigo. Oh ya veo. Jovencito, tengo una llamada de parte de Santa. Desea hablar contigo.

El pequeño desconcertado toma el teléfono y yo pongo mi mano en su hombro. Para evitar que pueda salir corriendo con mi celular. Este escucha atento la llamada, asiente y cuelga.

-Señor. Yo se que Santa no existe. Mi mamá me lo dijo cuando yo tenía 4 años, ella dijo "los padres dan regalos a sus hijos haciéndose pasar por Santa. Santa no existe y yo no les puedo comprar regalos". Muchas gracias por los pastelitos. Iré a buscarlos. Me gusta lo que la Navidad le hace a la gente blanca. Ojala que pudieran ser así todo el año.

El niño se retiró a buscar sus pasteles. Y yo me pregunte cuantas veces habrá sido ignorado, y ahora por la víspera y para liberarse de cargos de consciencia, de repente todos lo ven en Navidad. Pero ellos existen todo el año, y viven en la miseria por razones más profundas.

Nuestra visión nos llega a la punta de la nariz. La vida de ese niño seguirá siendo una basura cuando la víspera termine. Y será ignorado otro año más.

Todos son entusiastas de que los niños nazcan una vez que son concebidos. Pero ¿quienes se dignan de hacerse cargo de ellos en las calles?

Después de todo no es su culpa. Pero como decimos "tampoco nuestra" y pasamos de largo. A veces, usando orgullosos un burlesco pañuelo azul.