Lo máximo

Nada más con ver esa foto quiero comerme uno y un poco más; la verdad es que siempre provoca seguir comiendo, pero no debo. Si se trata del rey de los platanitos, una de mis chucherías favoritas, me encanta muchísimo.

Me gustan otras como el maní y las papas que son adictivas, tanto que ir a la playa sin eso es como aburrido para mí. Claro que la lista es larga de todas las chucherías que me gustan porque aunque sé que no es muy bueno soy bastante chuchera. Si me ponen a escoger entre meriendas saludables y un platanitos, bueno mi mente dice lo que quiere.

Entre amigas se acaba rápido y esa es la parte chimba porque al menos todos los que conozco les gusta lo mismo y por eso no queda nada; hay una bolsa chiquita que no es mi favorita porque trae muy poquito je je je. A veces no sé por qué uno se inclina por estas cosas que en exceso no son buenas para nuestra salud y con mi mamá diciéndolo a cada rato imaginen, pero uno en la primera que puede lo come.

Siento que hay muchas chucherías en mi país, ya son épicas, porque perduran en el tiempo y en el gusto de los venezolanos. Así estoy yo apegada al tradicional platanito y aunque hay muchas marcas y variedad de presentaciones, ese particular de la foto lo adoro y justo ahorita mientras escribo quiero comer uno.

Quien no lo haya probado nunca, no pierdan la primera oportunidad que tengan para comerlo.

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