Microrrelato: Transferencias bancarias

Actualizas una y otra vez la aplicación. La desesperación empieza a apoderarse de ti, persona acostumbrada a realizar transferencias de una aplicación a otra, con disponibilidad inmediata de cierta cantidad de dinero.

Te preguntas qué está pasando; no era normal para ti que una transferencia bancaria tardara tanto, en especial cuando lo necesitas en resguardo para algún gasto inesperado relacionado con la salud. Al principio piensas que quizás los bancos, por día festivo, no trabajarían al día siguiente; luego de acudir al servicio al cliente para exponer aquella duda, descubres que muchas veces pueden tardar hasta 24 horas en reflejar la transferencia.

Esa información, desconocida para ti hasta ese instante, te obliga a replantear muchas cosas. Aceptas que eres alguien que cae en la desesperación con cierta facilidad cuando se trata de pagar alguna deuda, en especial si es un servicio; si por ti fuera, los mandabas al diantre si no tuvieras efectivo, pero tú no eres la única persona que vive en casa y utiliza los servicios. Tampoco te puedes dar el lujo de pagar las cuantiosas multas que te imponen las empresas por pago tardío, en especial cuando tus fuentes de ingresos son pocos.

Decides entonces que lo más prudente que puedes hacer es realizar las transferencias con uno o dos días de anticipación; de ese modo te evitarías grandes momentos de estrés por no tener el dinero en mano.

Mientras tanto, solo queda estar pendiente de que el dinero finalmente esté depositado en la cuenta.