La Bestia | The Beast

Lo recuerdo con tanta claridad, como si todo pasó ayer, tenía 12 años, vivíamos el invierno más cruel de mi existencia, por eso, odio esta estación, se congelan mis pies, orino cada hora y con dificultad, se inflaman mis encías, y por más que me abrigue siempre pesco un resfriado. En ese entonces, las bestias salían de sus cuevas para atemorizar la ciudad, robaban nuestras reservas de granos y mataban nuestro ganado, dejando los cadáveres desollados en terroríficos escenarios.

Mi madre es de ascendencia católica practicante, asistíamos a la iglesia, los jueves por la noche y los domingos en la mañana, en ese fatídico invierno, se intensificaron las jornadas de oración y vigilia, clamando por la intervención divina para acabar con las bestias clandestinas, yo era un adolescente temeroso, mi madre me decía que para estar a salvo de la hechicería debíamos practicar el ayuno intermitente, yo cumplía con mis deberes cristianos al pie de las escrituras sagradas, ser obediente me daba paz en medio de la tormenta.

Fueron días de sensaciones extrañas, con intervalos me atacaba la incertidumbre y finalmente la consternación cuando sucedió lo peor, encontraron un hombre muerto con las mismas características que el ganado, la preocupación fue masiva en nuestro pueblo, ahora eran nuestras vidas las que estaban en peligro. Mi madre enfermó de angustia, por las noches solo repetía que se acercaba el día del juicio final, al verla en ese estado, también sentí agobio, dormir y descansar se volvió imposible, tal vez el todopoderoso nos llamaba con vara de hierro y pagarían justos por pecadores, desatamos su ira y solo quedaba pedir su misericordia.

Recibimos la visita del alfarero, que lideraba la legión de bienestar autorizada por la reina para dar aliento a las familias más vulnerables, me separaron de mi madre, me informaron que ella sería llevada a la unión de curanderos para tratarla con infusiones de dulcamara y así recobrar la razón. Yo fui llevado a un campamento improvisado de jóvenes en condición de desamparo, en el lugar tenían un plan de formación para la artesanía en barro, al principio sentí que eran paños de agua tibia, pero fue un refugio, un despeje, la relajación del cuerpo y la mente.

El alfarero era un hombre sabio y sereno, por un momento pensé que era el mismísimo Dios y me ofrecí a lavar sus pies por la salvación de mi madre, pero no permitió que mis rodillas tocaran el suelo por él, guardó silencio y me dio un abrazo, a su lado sentía que todo iba a estar bien, escuché historias contadas con detalles de su propia voz, historias que son prohibidas por los precursores de la religión católica, conocí los evangelios apócrifos, la conspiración de la iglesia para atentar contra Isabel I de Inglaterra y La prisión perpetua a la que fue condenado Galileo Galilei por su teoría científica; después de las nubes no están los Dioses, está el universo, y el Sol no gira alrededor de la Tierra. La compañía del alfarero fue un bálsamo para todos los jóvenes del campamento.

Recibimos noticias, ya eran 10 los cadáveres humanos abandonados en el centro del pueblo, era una advertencia de las bestias del mal, querían la guerra, las noches eran más largas que las mañanas, y estás eran tenues, la humedad amenazaba con enfermarme, era increíble cómo podía pasar del consuelo a la desolación.

Por orden de la Reina, los guardias de la corte llegaron al campamento para alistar a los jóvenes más altos y fornidos al ejército de protección, debían prepararse para lo peor, muchos desafortunados suplicaron por sus vidas, la mayoría no pasaba de los 14 años y no tenían experiencia en la batalla, pues, solo se dedicaban a la siembra y cosecha, pero no tenían más opción. Yo no fui seleccionado, por lo que me quedé en el campamento.

Prácticamente, estábamos aislados, sin saber con exactitud a que nos enfrentábamos, nunca alguien dijo haber visto a tales bestias, solo estaba la evidencia de las muertes sangrientas. Yo seguía sin noticias de mi madre y el alfarero, aunque aplomado, estaba cada vez más ausente, una noche en la que se escucharon detonaciones en el bosque, le supliqué que me ayudara a llegar hasta mi madre, él me llevó a un rincón apartado del lugar y me dijo que las bestias no eran el problema, se trataba de un aquelarre de brujas, que se habían apoderado de las ruinas del castillo del oeste para destruir a la reina con magia negra, querían venganza por la quema masiva de hechiceros en la pasada epifanía de reyes, la reina había ascendido al trono en una cadena de sacrificios y rituales, y luego, en el poder traicionó a los hechiceros y quiso exterminarlos para que no atentaran contra ella, no era bien visto la brujería ligada al reinado, y todo era una cortina de humo para ocultar la verdad.

Con toda esa desconcertante historia, mi mayor preocupación era mi madre y como volver a estar con ella, tal vez el hecho de que las bestias no acechaban realmente y la guerra no existía, era un escenario menos complicado, o mi inocencia me había cegado, retraído estaba cuando de repente sufrimos un ataque y el campamento empezó a arder en llamas, salimos corriendo desesperados en la inmensidad del bosque en plena oscuridad de la noche, corrí tan rápido como pude, recibí un golpe muy fuerte y cuando desperté estaba en una celda en las ruinas del castillo del oeste.

Allí estaba el alfarero, me dijo que no tenía motivos para temer por mi vida, me prometió antes llevarme junto a mi madre y así lo cumpliría, me dijo que sí existían las bestias, si había magia negra en contra de la reina y él formaba parte de la venganza de los brujos, la reina lo declaró enemigo, y por eso, el campamento sufrió ese ataque. La magia es así, una cosa te da y una cosa te quita, la reina quiso acabar con la magia y ellos le iban a quitar el trono, la batalla estaba por comenzar. Fue cuando entendí que todos tenemos un ángel y un demonio en nuestro interior, yo debía tomar una posición, el destino me llevó a esa encrucijada y decidí ser un brujo.

Mi madre y yo vivimos para contarlo...

I remember it so clearly, as if it all happened yesterday, I was 12 years old, we lived the cruelest winter of my existence, that's why I hate this season, my feet freeze, I urinate every hour and with difficulty, my gums swell, and no matter how much I wrap up warm, I always catch a cold. Back then, the beasts would come out of their caves to terrorize the city, steal our grain reserves and kill our livestock, leaving the flayed carcasses in terrifying scenes.

My mother is of practicing Catholic ancestry, we attended church, Thursday nights and Sunday mornings, in that fateful winter, the days of prayer and vigil intensified, crying out for divine intervention to put an end to the clandestine beasts, I was a fearful teenager, my mother told me that to be safe from witchcraft we had to practice intermittent fasting, I fulfilled my Christian duties at the foot of the sacred scriptures, being obedient gave me peace in the midst of the storm.

Those were days of strange sensations, at intervals I was attacked by uncertainty and finally dismay when the worst happened, they found a dead man with the same characteristics as the cattle, the concern was massive in our town, now it was our lives that were in danger. My mother became ill with anguish, at night they only repeated that the day of reckoning was approaching, seeing her in that state, I also felt overwhelmed, sleep and rest became impossible, perhaps the Almighty was calling us with a rod of iron and they would pay the just for sinners, we unleashed his wrath and all that was left was to ask for his mercy.

We received the visit of the potter, who led the legion of welfare authorized by the queen to give encouragement to the most vulnerable families, I was separated from my mother, I was informed that she would be taken to the union of healers to treat her with dulcamara infusions and thus recover her reason. I was taken to an improvised camp for young people in a helpless condition, in the place they had a training plan for clay craftsmanship, at first I felt that they were cloths of warm water, but it was a refuge, a clearing, relaxation of the body and mind.

The potter was a wise and serene man, for a moment I thought he was God himself and I offered to wash his feet for the salvation of my mother, but he did not allow my knees to touch the ground for him, he kept silent and gave me a hug, at his side I felt that everything was going to be all right, I heard stories told in detail in his own voice, stories that are forbidden by the forerunners of the Catholic religion, I learned about the apocryphal gospels, the conspiracy of the church to attempt against Elizabeth I of England and the life imprisonment to which Galileo Galilei was condemned for his scientific theory; after the clouds there are no Gods, there is the universe, and the Sun does not revolve around the Earth. The potter's company was a balm for all the young people in the camp.

We received news, there were already 10 human corpses abandoned in the center of the village, it was a warning from the beasts of evil, they wanted war, the nights were longer than the mornings, and these were dim, the humidity threatened to make me sick, it was incredible how I could go from comfort to desolation.

By order of the Queen, the court guards arrived at the camp to enlist the tallest and strongest young men to the army of protection, they had to prepare for the worst, many unfortunate begged for their lives, most were not older than 14 years and had no experience in battle, well, they were only dedicated to planting and harvesting, but they had no choice. I was not selected, so I stayed in the camp.

Practically, we were isolated, not knowing exactly what we were facing, no one ever claimed to have seen such beasts, there was only the evidence of the bloody deaths. I was still without news of my mother and the potter, although plump, was increasingly absent, one night when detonations were heard in the forest, I begged him to help me reach my mother, he took me to a secluded corner of the place and told me that the beasts were not the problem, it was a coven of witches, who had taken over the ruins of the castle in the west to destroy the queen with black magic, they wanted revenge for the massive burning of wizards in the past epiphany of kings, the queen had ascended to the throne in a chain of sacrifices and rituals, and then, in power betrayed the wizards and wanted to exterminate them so they would not attempt against her, witchcraft was not well seen linked to the reign, and everything was a smokescreen to hide the truth.

With all that puzzling story, my main concern was my mother and how to be with her again, perhaps the fact that the beasts did not really lurk and the war did not exist, was a less complicated scenario, or my innocence had blinded me, I was withdrawn when suddenly we suffered an attack and the camp began to burn in flames, we ran desperately in the vastness of the forest in the darkness of the night, I ran as fast as I could, I received a very strong blow and when I woke up I was in a cell in the ruins of the castle of the west.

There was the potter, he told me that I had no reason to fear for my life, he promised me before to take me to my mother and so he would fulfill it, he told me that the beasts did exist, if there was black magic against the queen and he was part of the revenge of the sorcerers, the queen declared him an enemy and that is why the camp suffered that attack. Magic is like that, one thing it gives you and one thing it takes away, the queen wanted to finish with magic, now they were going to take the throne from her, the battle was about to begin. It was when I understood that we all have an angel and a demon inside us, I had to take a stand, fate brought me to that crossroads and I decided to be a witch.

My mother and I lived to tell the tale....