INSULTOS BIEN BONITOS

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INSULTOS BIEN BONITOS

Hace ya algunos años, los políticos terminaron de perder la vergüenza y sueltan en los medios de comunicación unos insultos tan refeos y tan cargados de obscenidades que hacen sonrojar hasta a un cerdo, si los oyera.

Así que yo quiero hacer un llamado a las personas decentes, que todavía las hay, para que solicitemos ante la Asale la aprobación de ciertas palabras que podrían usarse sin tener que soltar esas palabrejas vulgares que venían siendo ofensivas desde la Edad Media. Propongo pues, los siguientes términos, para que sean analizados y llevados ante la máxima instancia del idioma:

Maflotillo. Significa “de poco seso, individuo que por haber nacido de padres idiotas ha perdido toda posibilidad de actuar por cuenta propia”. Sería un epíteto muy apropiado para rebajar de categoría a cualquier elemento contrario. Igualmente, puede ser empleado para insultar a jueces, abogados y diputados, pues, como puede notarse, es un insulto que ofende bastante, pero no suena obsceno de manera alguna.

Chutafrita. Sería un insulto bastante ofensivo para aplicárselo a cualquier individuo al que le tengamos mala índole, que al oírlo deben reaccionar con mucha rabia, pues la palabrita establece una comparación ofensiva entre esa parte que usamos para sentarnos y las chorreaduras que se desprenden de las bajezas culinarias. Anteponiéndole cualquier adjetivo calificativo reemplaza a la tan fea mentada de madre. Decir “Es un grandísimo chutafrita”, por ejemplo, es un insulto que podría dar inicio a una guerra si se le dice a un embajador.

Zarcobetante. Palabra apropiada para insultar a cualquier enemigo político. La palabrita por sí sola significa “tonto útil y muérgano”, pero si al pronunciarla se hace la “o” uniendo los dedos índice y pulgar, su carácter ofensivo se duplica por tocar los linderos de la depravación. Se debe considerar que este insulto es de uso externo y que no se debe pretender que se lo traguen a fuerza de mamporrrazos.

Chuilataro. Se trata de un insulto suave que puede ser empleado, incluso, por mujeres más o menos decentes; lo que quiere decir que la tal palabrita sonaría ridícula en labios de fulanas y similares. Significa lo mismo que “estúpido” o persona que por haber vivido toda su vida en libertad, ahora viene con la ridiculez de oponerse a los regímenes más o menos duros. Su diminutivo se forma agregando la terminación “in” y el plural agregando “s”, conforme a la regla general.

Sapietulio. Es un insulto que puede ser aplicado en general a cualquier enemigo, incluso a rectores de la universidad; pues está concebido para dar la idea de que quien lo pronuncia tiene cierto grado de cultura. La palabra en cuestión es una mezcla de pájaro bobo, idiota, ratón de iglesia y comemoco.

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Imagen y texto de Tomás Jurado Zabala
Gracias por sus amables lecturas



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