Fooly Cooly

Entiendo que hay animes que no son para todo el mundo y que si recomiendas este tipo de animes a alguien que es ajeno al medio, podría decirte que es malo y no verlo completo. Es triste que esto pase porque porque la mayoría de estos animes que son “raros” son la inspiración para animes más populares que la gente si tiende a ver. Es normal escuchar ahora a personas hablando de Naruto, pero cuando hablan de HunterxHunter tildan a esas personas de “Otakus”, a pesar de que Hunterxhunter es uno de los mejores (si no el mejor) anime de este género. Lo mismo me pasa con un anime increíblemente bueno llamado FLCL (fooly cooly), que por ser extraño no encuentro a quien podría recomendárselo.

Historia no tiene, o es algo rara de explicar. El protagonista es un chico de 10 años al que le sale un robot de la frente y gracias a eso se ve involucrado en situaciones muy extrañas. Todo es una analogía para que el chico aprenda a tener más fe en sí mismo mediante a peleas de robots y situaciones incomodas entre sus amigos.
Explicar así el anime y pedir que lo vean es algo muy difícil de hacer, pero hay tres cosas que valen mucho en este anime que pueden tomarse una por una, y si quieres agarrarlas las tres al mismo tiempo, verás que es una obra de arte que no puede pasar desapercibida. Yo ya lo he visto varias veces, y creo que así es mejor porque cada vez que se ve se encuentran algunas cosas que no detallaste la vez anterior, o en su defecto, le das otro significado a lo que acabas de ver.

Lo primero que se toma en cuenta podría ser la historia. Ya dije que es una analogía a la adolescencia, y si me conocen saben que me gusta el Slide of Life (o coming of ages). El anime tiene seis capítulos y cada capítulo parece un sketch, una escena tras otra sin mucho significado entre sí aparentemente. Situaciones como que al chico le salgan orejas de gato y no las quiera mostrar, que le guste una chica y no sepa cómo decirlo, o incluso sentirse abrumado por no saber batear bien a la hora de jugar béisbol son hechos en FLCL que solo funcionan para que el chico se lleve al final del capítulo una enseñanza que, también, entrará a nuestra mente.

Lo segundo es la estética. No sé exactamente cuando salió el anime, pero por allá por 2002, tiene una animación INCREÍBLE que para ese año era impensable. Hay un rumor que dice que había tenido presupuesto para doce capítulos, pero el director redujo esos doce capítulos a seis para así crear algo espectacular que nunca se había visto, y la verdad es que lo logra de una forma que se aplaude aún a día de hoy.
Lo tercero y último es la música. Cada escena es adrenalina y desorden puro, que se combina por el soundtrack muy bien logrado que es poco visto en el anime, o por lo menos, que para ese entonces era muy poco visto. El soundtrack, hecho casi únicamente con guitarra eléctrica, sirve como un creccendo que nos lleva a una gran hazaña de una forma tan lenta pero orgánica que no nos damos cuenta de ese traslado de animación y escenarios tan brusco que se nos planea en cuestión de minutos, gracias a que nuestra mente está mucho más atenta a la música con las imágenes, que a la historia.

FLC es un anime que muchos podrían decir que se ve en una sentada, ya que son solo seis capítulos, pero yo creo que lo mejor sería ver uno o dos capítulos por día. Cada capítulo te llena tanto de información y nos enseña tantas cosas para pensar que lo mejor sería pararse un poco después de ver un capítulo para así preguntarse “¿qué acabo de ver?”. Puede que esto para algunos sea malo, pero para mí, no hay nada mejor que crear dudas reales que merecen análisis, mediante algún medio como lo es el anime.