Amigas hasta el final - Relato

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Karlina y Aura, se conocieron durante la infancia, en la escuela. Cada año, durante toda la etapa básica compartían salón, historias y una hermosa amistad, de esas que se llaman hermandad por elección. Su colegio era un paraíso, todo color rosa, donde las niñas se portaban bien y disfrutaban su inocencia. Era un lugar seguro, donde no existían amenazas, y si las hubo, nunca lo notaron.

De modelo de hogares diferentes. Llegaron a adolescentes, Karlina siempre en su casa, Aura fuera de ella. Decía que había un mundo por conocer y tenía la libertad suficiente para explorarlo, lo que Karlina no tenía, pero tampoco le importaba y se alegraba mucho cada vez que su amiga pasaba días en su casa. Más de una vez la mamá de Aura tuvo que ir a buscarla, porque se sentía tan a gusto con Karlina que no quería regresar a su hogar.



Evidentemente Aura siempre tenía historias emocionantes que contar: cuando fue al cine, sus clases en la orquesta, de la escuela de baile, de sus clases de canto, si conoció a algún chico interesante, aunque ninguno lo suficientemente importante para su vida. Su alegría deslumbraba y Karlina iba conociendo el mundo a través de sus ojos y sus experiencias.



Pasó el tiempo y tuvieron que separarse, Karlina se fue a una universidad en otro estado. Con los años perdieron el contacto, aunque una vez Aura fue a visitar a su amiga a su nueva ciudad. El cariño seguía intacto, compartieron historias, como era costumbre, las de Aura eran mucho más interesantes. Había dejado de estudiar por un tumor en la cabeza, no maligno, no podía forzarse mentalmente porque perdía el conocimiento, pero a ella parecía no haberle tomado importancia a eso, siempre le había gustado el mundo artístico, y se había dedicado al canto, se veía igual de radiante y aparentemente feliz.



En el amor aún no le iba del todo bien, estaba saliendo con un hombre casado, que la trataba como a una reina (según sus palabras), la apoyaba con su carrera y ella decía estar conforme con eso. Compartieron unas agradables vacaciones, como si el tiempo no hubiera pasado. Luego, por mucho tiempo Karlina no supo de ella, pues no tenía un número telefónico, ni redes sociales, típico de ella.



Un día, en la universidad, Karlina encontró al hermano de su entrañable amiga y sintió mucha alegría. Él había comenzado a estudiar allí, gracias al apoyo de su hermana. Le preguntó por ella y él con orgullo le contaba que estaba en Caracas, buscando la fama. Había logrado un contrato con una prestigiosa orquesta. Él le dio su número y ella pensó que pronto la llamaría. Pasaron los días y Karlina volvió a coincidir con el hermano de su amiga y muy contento le sacó una foto publicitaria de su hermana con la orquesta, autografiada para su amiga. Karlina amó ese detalle. A pesar del paso del tiempo y de su camino a la fama, seguía pendiente de ella. Ahora sí buscaré el momento para llamarla, pensaba, pero la universidad le consumía tanto tiempo y no se enfocaba.


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Poco tiempo después, la noticia salió en los diarios: la nueva vocalista de la banda había fallecido en un trágico accidente. Impactada Karlina se dirigió a su casa y llora amargamente, recordando tantos momentos con su amiga. Esa noche Karlina tuvo un extraño sueño: Aura se sentaba en su cama, ella despertó y la miró con asombro preguntando qué hacía allí, a lo que Aura le respondió, sólo vine a visitarte un rato. Karlina le dice, pero ¿cómo? si tú estás... Aura le interrumpe diciendo, estoy aquí, es real. Karlina insiste diciendo ¿cómo puedo saber que es real? y ella le dio con detalles una noticia que saldría en el diario de ese amanecer.

Karlina despierta aún pensando que es un sueño, pero sintiéndolo tan real... esa conversación estaba presente. Desayuna y pronto llega su padre con el periódico, sintió su pecho explotar al leer el titular.


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