Espero que se encuentren muy muy bien amig@s. Para el día de hoy compartiré junto a ustedes mi experiencia relacionada con el Herpes Zóster o Culebrilla.

^Fuente

Una tarde hace dos años, en el mes de Agosto, yo me encontraba sentada junto a mi madre cuando de repente sentí que me picaba mucho el brazo y enseguida pensé que había sido algún insecto que me había picado, así que me angustié un poco porque soy algo nerviosa respecto a la picadura de algún animalito. Pero alrededor no había ningún insecto.

Horas más tarde me continúe preocupando porque el área del brazo me continúaba picando y ya había aparecido unas ampollitas llenas de líquido. Mi preocupación continuaba y yo sentía que mientras más me preocupaba, más me salían ampollitas.

Al día siguiente, ya tenía el área muy hinchada y súper roja y me dolía mucho el brazo, para mí una sensación sumamente incómoda. Así que rápidamente acudí al centro asistencial más cercano de la localidad. Me revisaron el área afectada y me indicaron que me pico algún animalito, que debía reventar las ampollas y lavarme con jabón antiséptico.

La verdad que yo no confíe en ese diagnóstico. Y no rompí las ampollas, decidí esperar y asesorarme en internet, hasta que me salió un resultado de herpes zoster. Al ver las imágenes relacionadas, confirme que se trataba de dicho herpes. Además leí las experiencias de otras personas, y claramente eran idénticos los síntomas.

Para el momento de la aparición de ese herpes en mi brazo, yo estaba pasando por muchos episodios de estrés. Muchas de las cosas que leí en internet, es que el herpes zoster es un virus que puede estar dormido en el cuerpo, suele presentarse si la persona paso por varicela o lechina y el virus reaparece en el organismo.

Leí que el virus se activa, por defensas bajas o muchos episodios de estrés, no dormir bien y no tener un estilo de vida saludable.

Cuando leí toda la información, decidí iniciar un cambio en mi estilo de vida, comencé a relajarme un poco más, dejar de lado tantas angustias y me active muchísimo en hacer ejercicio. Todos esos cambios me han ayudado a que el virus no se active.

Algunos meses después, volví a tener un poco de estrés y apareció la picadura en mi brazo, pero inmediatamente inicié mi respiración que me genera tranquilidad y gracias a Dios no aparecieron las ampollas. Sentí un gran alivio.

Gracias a Dios no hice caso al mal diagnóstico de esos médicos que me vieron al principio, porque reventar las ampollas es un gran error

Muchas gracias por leerme. Nos vemos en una próxima publicación. ♥️