Afortunados en milagros

Recientemente llegó a mis manos un mensaje que circula por las redes sociales, un video con autoría de Facundo Cabral que se titula “el mendigo y el zapatero”, donde el contenido lleva a una profunda reflexión sobre los afortunados en milagros.

A veces no nos damos cuenta de todo lo que tenemos, es así, el milagro de amanecer cada día, de poder abrir los ojos y ver la mañana, de admirar la belleza de las aves, escuchar su canto, ver como cuelgan de los árboles sus nidos, todas esas cosas maravillosas que son simples, pero son un regalo de la vida; más si tenemos la fortuna de compartirla con las personas que amamos.

Realmente somos en si un milagro, podemos caminar porque tenemos piernas fuertes, podemos abrazar porque nuestros brazos se hicieron para expresar afectos, podemos hablar y expresar nuestros sentimientos e inquietudes, podemos sentir y con esto somos profundamente afortunados porque todo lo que siente en una caricia, todo lo que nos hace vivir el viento en nuestra cara, las emociones de un beso en la mejilla, por el contacto simple de la persona que amamos, cada una de esas cosas son regalos maravillosos.

La verdad es que a veces nos preocupamos demasiado por el dinero, que bien es cierto que las cuestiones económicas son un asunto a cubrir, pero la dicha de la vida va más allá de eso, mientras tengamos salud y vida podemos emerger, trabajar, podemos seguir, podemos luchar, porque somos afortunados en milagros, y esa fortuna debemos tenerla presente siempre para bendecir nuestra vida, para bendecir a nuestros semejantes, para bendecir nuestro mundo, de esta forma seremos personas llenas de luz capaces de aportar a nuestro entorno a través de la alegría, el agradecimiento y la sonrisa que se desprenda de nuestra alma.

Reflexiones como esa que circula en las redes, agregan valor a todo lo que a diario nos puede llegar, pero optamos generalmente por enterarnos de las noticias malas y no préstamos toda la atención a esos mensajes que de alguna manera llegan para que abramos los ojos a tiempo.