Paciencia desbordada

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¿Nos divorciamos de la verdad? Nos cuenta tanto manejarla que decidimos mentir a diestra y siniestra, para no generar un conflicto inmediato, pero un malestar a futuro, es un poco incómodo, pero parece que así es que les gustan hacer las cosas por aquí.

Hace poco estuve en la reunión de secundaria. Es increíble cuantas sonrisas y puñales por la espalda abundaban en el salón, pero todo sea por los buenos modales y la etiqueta, debíamos ser comprensivos con todos ellos que fueron un verdadero dolor en el trasero, que nos hicieron daño, que se burlaron, pero vamos, tienes que pasar la página, porque eran cosas de jóvenes, "ellos no pensaban".

Cinco, cinco años de terapia tuve que experimentar para que los traumas que viví junto a esa gente, pudieran desaparecer. Me sentía tan vulnerable luego de graduarme, que no sabía que haría, era una mezcla de calma con incertidumbre, porque ya había terminado ese tormentoso momento, pero ahora me daba miedo volver a experimentarlo en una fase más adulta.

Recuerdo incluso un hueso roto, gracias al mejor atleta de la escuela, ese imbécil de Fitzgerald, una beca universitaria, y un futuro prometedor. Era intocable. Recuerdo como el director me suspendió a mí por haberme roto el brazo un sujeto de 30 centímetros más que yo, y no a él, porque de hacerlo se perdería la final en aquel campeonato que como no, ganaron.

Y allí estaba, el sorprendente base de la liga universitaria de baloncesto tomándose fotos con todos, siendo "amable", pero en el fondo se que es una basura. Me reconoció al instante, y sin ninguna pizca de vergüenza me dijo: "Amigo, luces terrible, te voy a obsequiar esta camiseta de i nueva línea de ropa, quizá pueda ayudarte, por los viejos tiempos". No sabía que sentir, odio puede ser una opción.

Él y la bola de zopencos que lo seguían y que ahora son sus fans, con sus flamantes futuros en grandes universidades, mientras yo, tenía que seguir sirviendo hamburguesas en un local de mala muerte. Claramente yo no era el problema, ellos sí, pero por un sistema que estaba aún más contaminado.

Por eso hice lo que hice, un cáncer de la sociedad como Grayson Fitzgerald o como el sistema de educación actual deben eliminarse. Alguien debía hacer algo, de lo contrario podría expandirse.

No tuve opción, pero mi plan no salió como esperaba, y todo porque ese estúpido niño comenzó a gritar, ni siquiera le iba a disparar a él. Mi objetivo eran los maestros y el director, ellos son los que contaminaron las mentes más jóvenes. Supongo que esos niños tenían familia, de lo contrario no estaría aquí.

En cuanto a Fitzgerald, por supuesto que no siento culpa, ni remordimiento, él merecía lo que le sucedió, con todo y sufrimiento. De eso, pueden estar seguros que no me arrepentiré, de los chicos de la escuela... no tanto, algunos se veían como manzanas podridas, pero no podría estar del todo seguro.

Soy responsable de querer reformar el mundo, si eso es un delito a ojos de su pervertida justicia, no significa que yo este mal. Así que hagan lo que quieran, igual todos arderemos en el mismo lugar en algún futuro.

Enero 2026

Declaraciones de Jeffrey Jay Jacob, ex estudiante de la escuela Caridad, quien atacó su antigua escuela con un arma semiautomática, y acabo con la vida de 8 profesores, el director de la escuela, y 7 jóvenes de entre 13 y 15 años. Se conoció que en la madrugada anterior, se consiguió el cuerpo de la joven promesa del baloncesto universitario y futuro primera escogencia del Draft, Grayson Fitzgerald, con 18 puñaladas en su estomago y pecho.

Jacob se acuñó ambos crímenes y ahora enfrenta una sentencia de cadena perpetua en una prisión estatal. Las familias afectadas siguen anonadadas con la noticia.

El siguiente relato es totalmente ficticio, así como los nombres de los involucrados, sin embargo puede estar asociado a una realidad más cruda procedente de la situación que se vive actualmente.