Abrió la puerta con toda la normalidad posible, aquella vestimenta le iba a permitir dejar la imagen que había creado frente al espejo, el viejo estaba tomando un té cuando vio la sombra que se le iba encima, pero no tuvo tiempo de decir algo, todo fue tan rápido.

Luego salió con toda la seguridad de saber que nadie le había visto, cuando se interna en las penumbras, ve el rostro de un hombre que mira su andar con curiosidad, trata de ver, de indagar en aquel rostro que ha visto en algún lugar, no es momento de pensar es momento de finalizar la noche y como siempre debe continuar su marcha.

En la mañana cuando sale, ve mucho movimiento en la calle y la policía está sacando un cuerpo de aquella casa, recordó haber visto esa figura salir de allí.

—Qué pasó —le pregunta a un curioso.
—Al viejo Rosso, anoche, alguien le quitó la vida, era una persona muy querida en la comunidad, nos estamos organizando para una protesta, ya es el tercer anciano.
—¿El tercero?
—Así es amigo, —se quedó pensativo mientras oía como crecía el murmullo por la indignación.

Recordó la figura alta salir de aquella casa, él miró aquel rostro sombrío y pensó en los detalles y el por qué se encontraba allí, en ese momento , aunque se había tomado unas copas se sentía seguro de los pasos que lo llevaron a aquel lugar, se había propuesto saber la dirección de esa chica que pasaba todos los días frente a su puerta y le causaba una atracción que solo recordaba en tiempo de juventud, por un descuido no supo en cuál edificio se había metido y se quedó esperando, por eso pudo ver esa figura lúgubre salir de la casa del viejo Rosso. Pero sintió que aquellos ojos tenían algo familiar.

Entretenido en sus cavilaciones, apenas pudo ver la figura de la chica, que pasó rápido, entonces decidió seguirla. Ella, consciente de aquel acoso, apuró más el caminar y trato de confundir al hombre tomando otra calle menos concurrida, luego se escondió en un portal.

El, confundido, aceleró el paso y no se dio cuenta que ella lo estaba esperando, sintió un golpe repentino, sintió su cuerpo flotar y de repente cayó bruscamente, alcanzó a oír,” eso es para que no me sigas y antes de caer, vio esa mirada sombría, luego llegó el golpe sobre el asfalto y quedó inconsciente.
Unos amigos que pasaban lo llevaron de regreso a su casa y le dijeron que se quedará tranquilo, que no se moviera porque había disturbios en la ciudad por los últimos acontecimientos.

Cuando llegó la noche el escucho que tocaban la puerta, se quedó en silencio, se imaginó a la chica caminando muy sensual por las calles, sintió un estremecimiento al pensarla bajo su peso de hombre, entendió que aquel sueño, era eso, solo un sueño, ya él, no tenía nada que buscar; el ruido de un metal tratando de violar la cerradura lo sacó de sus pensamientos, así que agarró una llave inglesa que guardaba bajo la cama y con mucho cuidado espero a lado de la puerta, la misma se abrió de repente y una figura alta recibió el golpe y cayó, cuando le vio el rostro no podía creerlo, era su amigo de parrandas, así que se giró rápidamente, pero aquella mirada sombría ahora reflejaba una sonrisa, eso fue lo último que vio.