My world in the asylum

No se donde rayos estaba, lo único que me atormentaba la cabeza era que estaba empapada de sangre. Mis manos estaban viscosas, por un rato que intente comerlas para saber si era de esas salsas para pastas pero no pude dar el primer bocado, pues ese sabor a hierro me repugnaba además del olor tan hediondo que impregnaba era lo bastante repugnante para rechazarlo, ni siquiera una loca intentaría comerlo.

Pero hay un olor más fuerte que el hierro en esta habitación, donde no entra luz natural alguna. Pero al menos esta mi mejor amiga siempre a mi lado, ella siempre me cuenta todo con la emoción que la caracteriza, incluso he pensado que se dedica a trabajar en clubes porque prende y apaga sin cesar.

¡Callate!

Esa perra de al lado no puede quedarse callada, como si gritar le sirviera de algo para salir de este lugar. Además, si lo piensas bien es un bonito sitio para vivir por siempre.

Paredes marcadas artísticamente de manos con un material que parece ser fecal o ensangrentado, bueno no se, pero quienes lo hicieron tuvieron un excelente ojo para el arte, si es que todavía siguen por aquí y con vida.

Las noches son tan húmedas, a veces siento que estoy flotando en el mar, lo extraño es que empieza desde mi parte baja hasta mis pies, casi nunca siento que ni humedece mi cabellera. Cuanto quisiera poder refrescarme por completo, pero nunca alcanzo a terminar mis sueños, siempre viene un par de batas blancas con cara de demonios a hacer cosas en mi habitación que no me agradan.

El olor cambia, ese amarillo del piso pierde color, y todo se vuelve tan neutro que tiende a aburrirme por completo.

Ellos solo quieren jugar con mi cabeza, me la quieren arrancar cada vez que me atan y me punzan con esa cosa que me hace dormir.

¡No me gusta!

Empieza alguien a llorar como todas las medianoches, parece la princesa encantada que no pueden venir a rescatar, como si alguien quisiera de verdad salir de aquí.

¿Acaso no ven que estamos en el paraíso?

No hay nada de que preocuparse, ellos hacen todo por ti, tu solo debes disfrutar de todo lo que tienes aquí, pues lo puedes tener absolutamente todo.

Hace un par de noches estuve manejando un Beetle rosa por toda la ciudad, y a pesar de que habían carros detrás de mi esperando ninguno de ellos me trató mal, todo lo contrario, éramos una caravana celebrando que yo había comprado un auto nuevo y que estaba dirigiéndome hacia mi nueva mansión, todo de lujo.

Por supuesto, todo tenia que terminar en una fiesta lujosa, de esas a las cuales los ricos no están acostumbrados. Música, alcohol, hombres y mujeres tales como fueron mostrados por primera vez en el mundo, pero nada sexual, que asco eso de concebir y fornicar, una total locura.

Pero esa noche se escucho un disparo. Es que esa chica de al lado es una total molestia, solo se queja de todo. Lo que no entiendo de esa noche es que el arma estaba en mis manos ensangrentadas. No lo podía creer así que me fui al primer espejo que conseguí para ver si realmente era yo, pero entre la adrenalina y algo de droga en mi interior, no podía divisar ese rostro que miraba, eran muchas de ellas, victimas de algún mal nacido.

Pero entonces desperté, pues supuestamente me tocaba la medicina que no hace rato me habían dado, lo que no sabían era que yo las coleccionaba debajo del colchón donde guardo también otras cosas.

¡Oh si, ahhh!

Esos choques frenéticos en mi cabeza cada vez que me llevan a ese lugar. No se de que terapia se trata, pero ellos creen que suelo olvidar como piensan, pero la verdad es que más imágenes vienen a mi cabeza, y entre ello las respuesta a mi estadía en este paraíso que empieza a ser molesto.

Es que empieza a ser incomodo, no hay ya por donde caminar, el olor no es agradable. Hay mucho silencio en las noches, y el bombillo a cada rato se quema luego de...

¡Allí estas!

Eres tu a quien llaman muerte, no sabia si eras un lugar o persona, pero pareces ser ambas. Tu me invitaste hasta aquí, prometiendo que saldría de ese lugar. Solo necesite de sabanas amarradas en el ventilador de pared.

Por cierto, fue divertido, gire tantas veces que pensé en vomitar, pero luego vino la calma luego de que todo lo veía borroso. Pero no te preocupes, fue todo por una causa incluso, antes de llegar aquí, pronuncie el nombre de aquel que había asesinado y la razón por la que termino como un pobre diablo.

¡Pobre diablo!

Pensó que siempre iba a hacer de las suyas conmigo, pero no fue así, ese era mi mundo y solo yo mandaba.