La casona (The mansion) [ES/EN]
La casona
Prudencia era una joven muy hermosa, de cabellos largos y tan negros como la misma noche, ojos perlados que parecían pintados por los mismos dioses, sonrisa perlada y brillante.
Había conocido el amor en una época de verano, el calor del tiempo trajo a sus brazos a su amado Joaquín: un joven miliar que esperaba terminar de prestar su servicio militar y casarse con Prudencia.
La fecha de la boda estaba fijada; Prudencia no cabía de la dicha por el gran acontecimiento que se avecinaba, nada podría arruinar el amor de los jóvenes amantes. Excepto...
El país se encontraba en una guerra con su vecino por unas tierras ricas en oro, el conflicto se había extendido por varios años y ningún bando se hacía con el control de la zona.
El escuadrón de Joaquín fue emboscado y masacrado en una batalla sangrienta muchos murieron y varios desaparecieron, los cuerpos de los soldados fueron enviados a sus familiares y los desaparecidos fueron dados por muertos.
La noticia del terrible suceso llegó a oídos de Prudencia, quien sintió que su dolor no era soportable, así que una noche de tormenta y tan oscura como su cabello, decidió quitarse la vida en un baño de sangre palpitante. El líquido vital fluía como cascada pintando la tina blanquecina, por aquellas venas rotas salió el alma de la joven desdichada.
Luego de un tiempo por la casona se empezaban a escuchar ruidos terribles acompañados por un llanto desgarrador. La familia de Prudencia no aguantó más y dejó la casa; después de unos años aquella casona maldita fue habitada nuevamente. Los nuevos inquilinos vivían tranquilos en su nuevo hogar, pero una noche de truenos y centellas, los llantos empezaron a escucharse.
Bety: la menor de la familia, veía la figura espectral, la mirada vacía penetraba los huesos de la joven y la voz de ultratumba, le decía: «ven conmigo, ven conmigo».
Las manos del espectro se movían al vaivén de la suave brisa veraniega. Bety aterrorizada quería salir corriendo de la habitación, pero la puerta se trabó haciendo casi imposible salir. El espectro se acercaba a la chica, mostrando su risa monstruosa. Bety gritaba, pero sus pedidos de auxilio eran sofocados, lentamente desfallecía y sentía que el alma se le salía del cuerpo, cerró los ojos....
Sus padres entraban afanosos, miraron el cuerpo tirado en la mitad del piso de duelas. El padre la levantó, moviéndola violentamente y gritando su nombre. Bety abría los ojos, que ahora eran oscuros como la noche misma, se aferró al cuello con una fuerza sobrehumana estrangulando al hombre.
La madre al ver esto salía corriendo despavorida, gritando por los pasillos oscuros de la casona; el eco de llenaba el espacio vacío. La respiración de la mujer se hacía fatigosa, se detenía para recuperar las fuerzas, giró su mirada, pero solo veía oscuridad.
Sintió un golpe anímico y cuando se disponía a salir de la casona, una fuerza extraña la elevó por los aires y desde su posición miraba a Bety acercarse con esa expresión diabólica. La madre gritaba y lloraba tratando de apelar a la razón de la niña. Bety llegaba hasta su madre, quien indefensa pedía a su hija que le haga daño.
Bety le da un beso en la mejilla para luego partirle la columna vertebral, la madre de Bety caía muerta. La niña empezaba a reír como una desquiciada y salía corriendo de la casa hacia el río, llegaba hasta la orilla y se arrojaba a las aguas embravecidas, perdiéndose en el oscuro profundo, en tanto una voz de ultratumba resonaba por toda el valle.
Después de un tiempo la casona yacía abandonada, solo la brisa del verano se paseaba por los pasillos solitarios. En una mañana preciosa un hombre llegaba al pueblo, vestido con uniforme militar, su rostro reflejaba las marcas del sufrimiento y en sus ojos se podía ver la tristeza de la guerra. Se acercaba a una tienda para luego preguntar a la persona encargada: «Buen día, señor, disculpe me puede decir ¿dónde puedo hallar a Prudencia Manrique?»
El hombre lo miraba consternado, y le dijo:
«Prudencia falleció hace mucho tiempo y los Manrique abandonaron el pueblo, ahora la casona donde vivían quedó abandonada». Apuntaba el hombre hacia la casona con cierto miedo implícito.
El hombre dirigía su mirada hacia la casona y una lágrima de melancolía recorría su rostro. Agradeció a la persona y tomó rumbo a la casa.
«Tenga mucho cuidado», le decía el encargado de la tienda.
El hombre asentía con la cabeza y volvía sus pasos hacia la vieja casona abandonada. Al llegar al umbral de la puerta, levantó la mirada hacia la fachada corroída por el tiempo y escuchó una voz de ultratumba.
«Amor, tanto tiempo de espera, hahaha...».
The mansion
Prudencia was a very beautiful young woman, with long hair as black as the night itself, pearly eyes that seemed to be painted by the gods themselves, pearly and bright smile.
She had known love in a summer season, the warmth of the weather brought into her arms her beloved Joaquín: a young militiaman who was waiting to finish his military service and marry Prudencia.
The date of the wedding was fixed; Prudence was overwhelmed with joy for the great event that was approaching, nothing could ruin the love of the young lovers. Except...
The country was at war with its neighbor over land rich in gold, the conflict had been going on for several years and neither side was in control of the area.
Joaquin's squadron was ambushed and massacred in a bloody battle, many died and several disappeared, the bodies of the soldiers were sent to their families and the missing were presumed dead.
The news of the terrible event reached the ears of Prudencia, who felt that her pain was unbearable, so one stormy night, as dark as her hair, she decided to take her own life in a bath of pulsating blood. The vital liquid flowed like a waterfall painting the whitish bathtub, through those broken veins came out the soul of the unfortunate young woman.
After a while, terrible noises began to be heard in the house, accompanied by a heart-rending cry. Prudencia's family could not stand it any longer and left the house; after a few years that cursed house was inhabited again. The new tenants lived peacefully in their new home, but one night of thunder and lightning, the cries began to be heard.
Bety, the youngest of the family, saw the spectral figure, the empty gaze penetrated the young girl's bones and the voice from beyond the grave told her: "come with me, come with me."
The specter's hands moved to the swaying of the soft summer breeze. Bety, terrified, wanted to run out of the room, but the door was locked, making it almost impossible to get out. The specter was approaching the girl, showing its monstrous laughter. Bety screamed, but her cries for help were suffocated, she slowly fainted and felt that her soul was leaving her body, she closed her eyes...
Her parents rushed in, looked at the body lying in the middle of the stave floor. The father lifted her up, moving her violently and shouting her name. Bety opened her eyes, which were now as dark as night, and clung to the neck with superhuman strength, strangling the man.
When the mother saw this, she ran out in terror, screaming through the dark corridors of the house; the echo filled the empty space. The woman's breathing became labored, she stopped to regain her strength, turned her gaze, but saw only darkness.
She felt an emotional blow and when she was about to leave the house, a strange force lifted her into the air and from her position she watched Bety approaching with that diabolical expression. The mother screamed and cried trying to appeal to the girl's reason. Bety reached her mother, who helplessly begged her daughter to hurt her.
Bety gives her a kiss on the cheek and then breaks her spine, Bety's mother falls down dead. The girl began to laugh like a madwoman and ran out of the house towards the river, reached the shore and threw herself into the raging waters, losing herself in the deep dark, while a voice from beyond the grave resounded throughout the valley.
After a while the mansion lay abandoned, only the summer breeze wandered through the lonely corridors. On a beautiful morning a man arrived in town, dressed in military uniform, his face reflected the marks of suffering and in his eyes you could see the sadness of war. He approached a store to then ask the person in charge, "Good morning, sir, excuse me can you tell me where can I find Prudencia Manrique?"
The man looks at him in dismay, and said:
"Prudencia passed away a long time ago and the Manrique's abandoned the town, now the mansion where they lived is abandoned." The store manager pointed to the house with a certain implicit fear.
The man looked towards the house and a tear of melancholy ran down his face. He thanked the person and headed for the house.
"Be very careful," the store manager was telling him.
The man nodded and turned his steps towards the old abandoned house. As he reached the doorway, he looked up at the weather-beaten facade and heard a voice from beyond the grave.
"Love, so long to wait, hahaha...."
Texto autoría de:
Camilo Torres
DRA
¡Gracias por acompañarnos hasta aquí!
Esta historia fue muy buena, no me espere que el hombre militar regresara, ahora la pregunta es si Prudencia le haría lo mismo a él, cosa que no creo, pues solo era el amor de su vida.
Un gran relato, te felicito por tu buena historia.
Gracias a ti por pasarte a leer nuestra historia. Me alegra que te haya dejado tan buena impresión.
Pueda que saquemos una continuación...
Una excelente tarde.
Estaría encantado de leer la continuación de la historia.