LA NAVIDAD Y SUS HISTORIAS MARAVILLOSAS

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LA NAVIDAD Y SUS FANTASÍAS MARAVILLOSAS por @pelulacro

Sin duda alguna el mes de diciembre y la celebración de la Navidad son días o momentos maravillosamente fantásticos, solo por referirnos a una época que envuelve el entusiasmo de una gran mayoría de personas, pueblos y naciones de todo el mundo en un mismo sentimiento: celebración del fin de año y celebración de la Navidad del Señor.

Tan es así que, la concepción y especialmente el nacimiento del niño Jesús, estuvieron rodeados de una serie de hechos maravillosos que a partir de su origen legendario se ha mantenido en la mente y en el corazón de millones de personas por más de dos mil años.
Y decimos que se ha mantenido porque cuando éramos niños, esperábamos esos días de la navidad por nuestros regalos; especialmente el regalo que le pedimos al niño Jesús en una carta; y en otros lugares, el destinatario de la carta no era Jesús sino San Nicolás quien también evoca otra antigua tradición. Hoy, como adultos y como padres o madres, alimentamos la esperanza de nuestros hijos al mantener las expectativas alrededor del arbolito o del nacimiento, y los regalos como premios al buen comportamiento.

Existen crónicas y datos históricos importantes relacionados con el reparto de regalos, entre familias, desde las antiguas fiestas romanas en la era precristiana denominadas saturnales, en honor a Saturno, dios de la agricultura, a mediados de diciembre y hasta el 23 del mismo mes, donde se hacía intercambio de regalos entre familiares, en medio de un banquete.

Entre los cristianos, probablemente la tradición de entrega de regalos arranca con la visita de los reyes magos que guiados por una estrella viajan desde muy lejos, para visitar al niño Jesús en el pesebre y entregarle regalos: el oro, un reconocimiento de su realeza; el incienso, un homenaje supremo a su divinidad; y la mirra, un anuncio a sus padecimientos como ser humano que se convertiría en un redentor. En pocas palabras, estos hombres, que según otras interpretaciones no eran reyes ni magos, sino sabios; reconocieron, por los regalos entregados, a Jesús como rey, por su condición divina y como hombre mortal.

Otra importante tradición que aún se mantiene hasta nuestros días, son los regalos de San Nicolás, en clara alusión a un hombre perteneciente a una familia acaudalada cristiana quien al perder a todos sus familiares durante una epidemia, decidió donar sus propiedades y riquezas a los más necesitados, víctimas de la misma pandemia que le arrebató su familia, y que luego se retiró a vivir en un monasterio para más tarde convertirse en obispo.

Este personaje histórico de origen griego es santo patrono de varios pueblos mediterráneos y su día es el 6 de diciembre. De su vida y sus proezas se deriva Santa Klaus y la fantasía lo ha magnificado con poderes extraordinarios, rodeado de seres maravillosos como los elfos y los renos que hacen volar un trineo repleto de regalos que son distribuidos por todo el mundo.

Hoy, en casi todo el mundo, en cada hogar de cualquier condición social y en muchas empresas públicas o privadas, desde finales del siglo XIX, se acostumbra el reparto y el intercambio de regalos en diciembre, último mes del año y que por una muy larga y antigua tradición se celebran fiestas relacionadas con el trabajo, la cosecha, las expectativas del nuevo año, la producción, el reparto de las ganancias o utilidades y el nacimiento de un niño que trajo luz a un mundo que vivía en la oscuridad con un mensaje de esperanza basado en el amor al prójimo.

En diciembre, quienes más pueden o los que poco tienen, se organizan en familia para la celebración de la navidad y el fin de año. La crisis económica de los últimos tres años y la pandemia que afectó a más de treinta países con casi seis millones de muertes y la suspensión parcial de actividades industriales, escolares, comerciales, vuelos de las aerolíneas y del transporte terrestre, entre ciclones y terremotos, no han sido suficientemente fuertes para detener la celebración porque es un sentimiento muy profundo anidado en el corazón de todos. La contundencia de esta realidad concreta de los hechos no ha disminuido la fuerza del imaginario popular en el mundo entero donde la fantasía es el envoltorio de los regalos más valiosos: el amor, la amistad, la solidaridad y la esperanza.

Como respuesta, la gente hoy no se preocupa tanto en comprar para dar, porque muchos no pueden hacerlo, sin embargo el abrazo bien cálido y apretado es un regalo sin par; una reconciliación, la llamada telefónica o el mensaje por las distintas redes a quien hemos olvidado o ignorado durante meses es la mejor señal de que no olvidamos a quien apreciamos o extrañamos. El saludo, una palabra o una imagen dicen mucho más que un objeto que posiblemente no es necesario. Todos nos aprestamos para compartir en una comida que no es usual durante el año sino ahora, en diciembre, porque es una época especialmente maravillosa y fantástica para compartir emociones y sentimientos; por algo será el mes cuando más se celebran matrimonios o aniversarios de bodas.

Feliz Navidad para todos los amigos hivers; que la ilusión de un mundo mejor alimente nuestro espíritu y la imaginación para hacer de nuestras vidas la mejor de las fantasías maravillosas para chicos y grandes por los siglos de los siglos.

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