Mi entrada al concurso TopFiveFamily. Observa, Piensa, Escribe. La vida es cómo el maní surtido. Cuento original.

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David caminaba despacio, casi arrastraba los pies, iba pensativo y melancólico, recordaba la discusión que había tenido con María, y lo fuerte que había sido la misma. Por primera vez desde que inició su noviazgo habían tenido una discusión de esa magnitud, ahora David tenía miedo de perderla, y ni siquiera recordaba el porqué habían discutido, pero si recordaba que se habían herido mutuamente con las cosas que se habían dicho.

- ¿David, muchacho, qué te pasa, que estás con esa cara? - Preguntó Don Ramón el dueño de la tienda por donde pasaba.

-Hola Don Ramón – Contestó David casi sin fuerzas en el habla.

- A ver hijo, ¿qué te pasa, casi das lastima?

David, con lagrimas en los ojos, observó al viejo Don Ramón, y le refirió la razón de su tristeza y angustia, con lujo de detalles.

A Don Ramón se le rompía el corazón al ver la tristeza que emanaba del muchacho, mientras éste hablaba.

Al terminar de hablar David, Don Ramón le dijo, “David, no te preocupes, no es mal de morir, en las parejas siempre hay peleas y si de verdad se quieren van a superar esta situación” y Don Ramón siguió dando consejos y arengando al muchacho para que levantara el ánimo.

David miraba a Don Ramón, pero a éste le parecía que el muchacho, no había quedado muy convencido de le decía.

Don Ramón tomó un puñado de maní y le dio a probar a David. Luego, de que David se comiese algunos de los cucuruchos de maní, Don Ramón le preguntó, ¿Te gusta el maní, David?.

El muchacho contestó con un gesto afirmativo, mientras masticaba el maní que tenía en la boca.

El viejo Don Ramón, tomó otro puñado de maní con la mano y le dijo, David, mirá mi mano. Hijo la vida es como estos cucuruchos de maní.

- ¿Cómo es eso – Preguntó David con cara de intriga.

Observa acá en mi tienda, hay maní sin sal, con sal, acaramelado, con ajonjolí, con concha y natural sin concha, lo ves. El muchacho asintió de nuevo, mirando a Don Ramón con interés y curiosidad.

David, así como el maní es surtido y viene en diferentes presentaciones, así mismo es la vida, hay días alegres tristes, festivos muy bueno y muy malos, los días del año son como el maní surtido en bolsa, uno nunca sabe que le va a tocar. Sin embargo, cada uno de esos manís que están en la bolsa tienen un sabor particular y hay uno para caca uno de los diferentes gustos, sin embargo, cuando compras el maní surtido, habrá un momento en que saques el maní con el sabor que más te guste y otro momento con el que menos te grada.

- ¿Me sigues? Preguntó el viejo al muchacho.

- SÍ, Don Ramón lo entiendo.-

Ahora bien, nosotros podemos comer de la bolsa de maní surtido y podemos aprender a disfrutar cada uno de los sabores y de hecho nos acostumbramos a ellos, hasta que todos nos gustan o por lo menos lo toleramos y así disfrutamos de la bolsa de maní surtido. ¿Cierto? Preguntó Don Ramón.

Así es, contestó David.

Bueno, siendo así nos acostumbramos a comer el maní, y como ya nos acostumbramos a los sabores y los disfrutamos, ya ni siquiera vemos la bolsa y mucho menos escogemos, los cucuruchos que comemos. Es en ese momento, cuando más tranquilo estamos comiendo maní, que nos metemos en la boca un maní malo, y ese sabor amargo y desagradable, nos hace escupir el maní y rechazar la bolsa de maní, de la que disfrutamos hasta ese instante.

Algunas personas que ya han pasado por la mala experiencia de los maní malos, siguen comiendo como si nada, pero al que le pasa por primera vez, no deja de ver la bolsa y de escoger el maní que va a comer hasta que agarra de nuevo confianza, pero después de un buen rato y comienza a disfrutar del maní de manera renovada, pero ahora sabe que en cualquier momento, le puede salir un maní malo que le amargué la boca y el rato.

Tú mi querido David, al igual que María se acaban de comer un maní malo por primera vez, ahora deben aprender a tener confianza de nuevo, para poder seguir comiendo felices y juntos de la bolsa.

David, son normales las peleas de pareja, pero a diferencia de lo que crees, cuando la relación de pareja es sana y hay amor, esas situaciones, lejos de separar a las parejas las fortalece. Y lo mejor de todo esto mi querido muchacho, es que la reconciliación es como el maní dulce, empalaga, y te deja un sabor dulce por mucho tiempo en los labios.

Después de hablar por mucho rato con Don Ramón, David se despidió, le compró dos bolsas de maní surtido, una para él y otra para María y se fue con al certeza de que el viejo tenía razón.

Al comenzar a alejarse, el viejo Don Ramón le llamó y David volteó, y miró a Don ramón con unos cucuruchos de maní en su mano, riendo y diciendo, recuerda siempre, la vida es cómo el maní surtido en bolsa, nunca sabe que te va a tocar. Y se despidió con la mano.

Si te gusta escribir, ser creativo y ejercitar la imaginación, te invito al concurso de TopFiveFamily Observa Piensa Escribe el cual se realiza todas las semanas.

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Nice keep it up.
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