Ya hablamos de cómo el estrés puede afectarnos tanto en lo individual como al comparar los problemas que lo causan con otras personas que quizás pasan cosas peores que nosotros; también hablamos sobre cómo el estrés nos afecta tanto en el presente, el pasado y el futuro cuando proyectamos nuestros problemas en el tiempo, pero ahora sólo voy a hablar libremente sobre el estrés como si estuviese hablando de alguien indeseable pero que nos hace tanta falta aveces para sentirnos que estamos vivos que no pareciera un mal absoluto. De hecho nada es absoluto en esta vida, quizás para los religiosos la figura de Dios y el Diablo sean representaciones absolutas del bien y del mal, pero dentro del mundo material del hombre esa forma de maniqueísmo no tiene un concepto absoluto porque hay ciertas cuestiones que varían según la situación o la percepción que se pueda tener del hecho, como por ejemplo cuando un ladrón roba por hambre y otro roba por vanidad.

Cuando hablo de mi estrés lo percibo como algo necesario, como todo sentimiento, para hacerme sentir que estoy vivo, pues es una forma de emoción que nos diferencia de las máquinas hechas por el hombre, frías y carentes de vida, automáticas, sin emociones. Todos los sentimientos nos impulsan a seguir viviendo en cierta forma, el dolor, la depresión, el amor, el gozo, el placer, y el estrés tampoco es algo que sea la excepción; claro que algunos lo detestan y otros buscan maneras de evitarlo, pero hay quienes gozan cuando encuentran maneras de drenar toda esa presión bien sea por el deporte, el sexo, los vicios, y otras actividades que convierten todas esas emociones negativas en un alivio que produce cierto placer. No es el estrés lo que adoramos, sino desestresarnos en la forma que mejor nos plazca para sentir ese vacío emocional del estrés y toda su negatividad que presiona nuestra existencia.

Algunas veces el estrés nos hace destaparnos como una olla de presión y explotamos con furia, desahogándonos con una ira incontrolable que nos hace sentirnos en algunos casos peor que cuando estábamos estresados, pues hacemos cosas de las que nos arrepentimos posteriormente y el desahogo emocional que logramos en muchas ocasiones nos afecta de una forma mucho peor. Generalmente, este tipo de desahogo emocional nos genera un vacío emocional, valga la redundancia, negativo; a diferencia del vacío anterior que nos brindaba emociones de satisfacción, este nos brinda emociones de decepción y remordimiento. Es imposible encontrar una manera de liberación negativa que nos haga sentir placer estando dentro de nuestros cabales, porque la mayoría de los asesinos se desahogan negativamente por placer, en algunos casos sufren de trastornos mentales severos, y en otros casos las personas se arrepienten de sus actos pero el punto es que no hay personas mentalmente estables que puedan hallar en un desahogo emocional negativo un sentimiento de placer, siempre queda la culpa.

Hablando de otros temas, hay quienes se desahogan de forma negativa, como por ejemplo engañar a sus parejas con otra persona, y sienten en el momento el placer del acto pero luego sienten el remordimiento de haber cometido una traición. Todo esto sucede por estrés en algunas ocasiones, por lo que no es correcto obviar el detalle de que sentirnos estresados muchas veces nos lleva a cometer actos de los que en un futuro nos hagan sentir dignos o morales. Algunos se enorgullecen de sus traiciones porque no les interesa el valor del traicionado, pero en ese caso no sería por estrés que se comete el acto sino por otra cosa que podríamos deducir en una futura publicación, pues el estrés nos lleva a actuar sin pensar, y en cambio las traiciones envalentonadas muchas veces son premeditadas con la finalidad de herir a otras personas y obtener un beneficio individual por encima del que otros puedan tener.

El estrés en el mundo moderno ya es un estilo de vida muy común, el mismo mundo en su eterno giro inconmensurable ha hecho de la vida de las personas una monotonía sistemática que impulsa a aceptar el estrés como un acompañante fijo. Son diversas las formas en que podemos liberar estrés y también evitarlo, pero se cuadriplican las formas en que la misma monotonía sistemática nos lleva siempre a vivir bajo el régimen del estrés moderno, donde la mayoría de los problemas son de causa material en donde el hombre perdido en la búsqueda de su interior se aflige pensando maneras en como con la materialidad puede resolver sus problemas. No es una incertidumbre que la mayor parte de los problemas que conllevan al estrés son causa de la materialidad del mundo, como por ejemplo las deudas, las añoranzas financieras, las físicas y demás que siempre implican un factor común denominado "dinero", todos sufrimos de estrés partiendo de este hecho en la inmensa mayoría de los casos, el problema es que pocos son capaces de desligarse del mundo en el que el dinero es quien rige la vida de las personas.