El cumpleaños de mi mamá era el 17 de diciembre, en la misma fecha que se recuerda la muerte del libertador de Venezuela, Simón Bolívar.

Un recuerdo de uno de sus cumpleaños que llegó a mi memoria es de hace ya algunos años, ese día compramos la torta, e invitamos algunas amigas suyas de la iglesia que se habían reunido a orar porque en el país había sucedido la tragedia del estado Vargas y habían muchos muertos.

Llegó la torta queríamos cantar el tradicional cumpleaños y mi mamá se levanta y dice a viva voz, no estamos para celebraciones es que no les duele su país, a quien se le ocurre estar celebrando yo me siento muy mal y triste.
Reparten la torta pero no hay nada que celebrar.
Así se hizo.

Aprovechando la torta también les cuento que el mes de enero estuve de cumpleaños fue un día bastante especial mi hija nos llevó a cenar a un restaurante muy lindo en la cinta costera.
Además me regaló un celular porque el mío estaba bastante viejito.
En mi trabajo necesito un buen celular para tomar imágenes de mi trabajo para hacer la publicidad, ella dice que ahora lo que no está en redes sociales no existe.
Realmente el teléfono viejito me gustaba, soy de las que se apega a las cosas todavía lo veo útil, me da pena desecharlo.

Volviendo al tema de la torta no quise que me compren torta para mi cumple, estoy tratando de dejar el azúcar, y no es fácil hacerlo.

Hasta acá dejo mis cuentos que no son cuentos es todo realidad.