Sé feliz con tus engaños

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El crepúsculo marcó la hora de la verdad,
Tantos sueños anhelados en un par de segundo se fueron a la nada.
No pude pronunciar palabras hasta mi rostro se distorsionó,
pálida e inmóvil, al ver esa escena escalofriante de tu fugaz pasión;
En ese instante lo perdiste todo, el cofre de rubíes rojos de mi tierno amor.
Quise gritarte tantas cosas, pero en ese instante ninguna me salió,
Me invadió el silencio, desde aquel instante te dije adiós.
Aún mi corazón late cada vez que aquel recuerdo llega a mis pensamientos.
Pero le doy gracias a Dios de permitirme aquel momento ,
si no aún viviría ciega hechizada por tu fugaz amor.
Vete sé feliz con tus engaños.
Que yo en mi silenció hallaré consuelo para sobreponerme del dolor.