Tengo 5 mil seguidores en las redes sociales. Al principio era mi trabajo ganar seguidores y compartir contenido de calidad para estar de boca en boca, pero pronto y sin darme cuenta, se convirtió en mi estilo de vida.

Es más que una necesidad, es como una fuerza que me impulsa, una pasión por una foto, por una historia que contar. No lo puedo evitar.

Mi récord ha sido 3 fotos tendencia al día y mi meta es publicar más y ser un digital influencer. Con toda esta locura de conseguir las mejores fotos y el mejor contenido para mi blog, tal vez, descuidé un poco mi propia seguridad. Hace unos días estaba en un callejón tomando unas fotos para un post sobre Halloween y sentía que alguien me perseguía. Logré mi foto perfecta y corrí a casa. No pude dejar de sentir esa presencia detrás de mí que me persigue, me acosa.

Mi teléfono siempre esta cerca de mí. Una noche estaba dormido, y pude sentir que el teléfono estaba vibrando, creí que era una llamada importante, pero desperté y la pantalla estaba oscura. Vi una sombra reflejada desde adentro. Es posible que todavía estuviera dormido. No lo sé, fue muy extraño.

En otra oportunidad estaba tomando un baño y quise tomar una foto de los jabones y los artículos de aseo cuando tomé el teléfono estaba la sombra de un humano entro del teléfono, parecía querer salir de ahí. Me asusté tanto que dejé caer el teléfono y solo me quedé temblando en el rincón de tina hasta que entró mi hermana y me hizo volver a la realidad.

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Hoy estaba posando para tomarme una selfie, y la sombra de adentro de mi teléfono me habló, me hizo saber que era un espíritu atrapado en este mundo digital lleno de energía, quería salir de este lugar y solamente necesitaba que yo me tomara una fotografía para poder liberar su alma. A cambio, tomaría la mía y quedaría atrapado en este universo electrónico.

Me quedé congelado de terror, no sabía si esto era un sueño o era una extraña realidad. No quería arriesgar mi alma y perderla por tomar una foto así que decidí dejar mi teléfono.

Pasaron 10 minutos y sentía que me moría de ganas por tomarme aquella foto. Veía mi teléfono huérfano sobre la mesa, tan lejos de mí, tan lejos de mis seguidores y amigos. Necesitaba hacer algo.

Tomé el teléfono entre mis manos y las luces de la habitación se encendían y se apagaban. Y la voz de la sombra dentro del teléfono podía susurrarme como si se encontrara junto a mí: -Toma la foto... será solamente un clic-.

Se me erizó la piel, sentía el corazón en la garganta y mis manos temblaban cómo gelatina.

Justo en ese momento recordé aquel concurso de selfies al que me habían invitado. Comencé a sudar y pensaba: -Es solamente una foto que puede pasar?-.

Tomé la foto y sentí como se me desprendía la vida.

Perdí el sentido unos minutos y cuando reaccioné todo estaba igual.
Esa sombra me estaba perturbando por nada.

Sigo tomando fotos y en busca de historias tendencia. Hoy he notado algo curioso, el teclado y el botón de enviar de mi teléfono estan del lado contrario. De hecho, todo está invertido antes era zurdo y ahora soy diestro. Es como si todo hubiese girado, o como si viera un reflejo. Como si viviera dentro del teléfono.