Truculenta Medianoche | Truculent Midnight

"Nueve"... Ayer, cuando el tiempo se desdoblaba y no tenía a dónde ir, pensé en ti. Fue así que me di cuenta que eras un refugio, siempre apareces en mi mente cuando se me agota la esperanza. Entendí, también, que tu nombre suena las veces que estoy estoy triste o funesto.

"Ocho"... En medio de la regresión numérica, cuando la algarabía y las compañías se mezclaban con la espuma y la banda sonora, la energética bulla se detuvo en mis oídos para nombrarte y dejar un eco resonando que te extrañaba en demasía y ni siquiera lo había considerado.

"Siete"... Es cierto, le perteneces a la persona en la que piensas cuando tiene todos los argumentos para estar distraído y no lo estás. Eres esclavo, sin quererlo o autorizarlo, de ese alguien que aparece en tus ideas robándote la atención del presente, para ponerte a pensar en el pasado y, sobre todo, en el futuro que ansías en su compañía.

"Seis"... La ilusión y emoción viaja en los ojos de quienes están cerca, pero en mis pupilas hay un vacío tan grande como la distancia que no nos remonta a estar juntos. Las voces ajenas gritan furtivas al aire y la mía quieta y apacigua está porque se da cuenta que existen altas notas que solo tú podía concretar por el hecho de estar a mi lado.

"Cinco"... Todos visten con prestancia en esta truculenta medianoche, yo también, pero es sin ropa que me pienso y te dibujo para descifrar los recuerdos de cuando vestidos, solos por nuestras pieles, no teníamos que disimular elegancias, porque nos bastaba estar entremezclando los genotipos de nuestras naturales envestiduras. La única tradición a cumplir era amarnos mientras pudiéramos.

"Cuatro"... Alguien lleva la cuenta y yo la pierdo, me extravío en las memorias que nos vieron en el mismo sitio y no a cientos de lunas de alejamiento. Todos miran al cielo y yo en las nubes veo explorar nuestras remembranzas, aquellas donde abundaba el beso que hoy me falta, amén del abrazo que de seguridad y ternura ostentaba cuando solíamos pasar esta fecha juntos.

"Tres"... No puedo esperar más dígitos, porque son sinónimos de lo que le falta a mi corazón para quedar completamente roto. En dos segundos más estaré temperamentalmente bajo cero, frío, congelado, porque nunca, estando quieto, te revelé un adiós y tú sí usaste aquella morfina de palabras para discreparnos de un destino mutuo.

Dos, uno... …yo mismo termino contando los números, porque me llevará unos cuantos segundos recuperar la entereza, mientras con histrionismo ajusto mi cara a un gran porcentaje de alegría, sin que se me note que el tiempo volvió a acabárseme...

Feliz Año, corazón, donde quiera que te encuentres