La tarde llega turbia y triste la noche, los tres, y me incluyo, siempre añoramos la luz de un nuevo día. Es increíble lo románticos que nos vuelve la cercanía de la muerte.

Brilla a los lejos, al fondo de un horizonte, la libertad que caminada ayer frente a nosotros, hoy está muy lejos.

La tarde llega tarde y la noche huye hacia el día. Ocurren encierros en las paredes de nuestras casas. Pasa que, sin quebrar ninguna ley, nos volvimos prisioneros del mundo.

Las calles yacen vacías, el silencio se hace rey, los rostros que respiran entrecortados por las telas revelan que enfermamos al mundo y ahora todo el mundo de ese mundo administra los suspiros que le dedica al aire.

Miles de años han transcurrido, bastó solo un segundo para que todo cambiara su significado, la alarma secó a las multitudes y las volvió desierto. El egoísmo ya no tiene que disfrazarse de cortesía. El miedo es la nueva religión del hombre.

La tarde llega turbia y triste la noche, todos, y los incluyo, quieren pensar que esta página no es el final del libro.