Jaque Corrido |

Una mirada entumecida por maquiavélica
recorre la habitación en la que dejas de respirar.

No hubo silencio que aguantara aquella tramposa perversión, gritaste extasiado de miedo y tus pupilas le rendían homenaje a tu dueña, continué...

Juegos de atadura y cabuyas te forzaron a detener, mientras que con mis manos iba a la caza de todos tus recovecos, palpando aquellas áreas de tu piel donde el dolor complaciente te volvía esclavo de mis imposiciones, donde el pellejo ardido comenzaba a gotear rojo.

La oscura premonición que alguna vez tuviste, fue acertada..., fue así que nuestra codicia de supuesto placer volvió macabro al agitado encuentro..., fue así que tus ojos se paralizaron advirtiendo el sanguinario final que, horas atrás, me suplicaste como preludio para que todo acabara.

Hay sangre salpicada por doquier, derramada en tu pecho y en el mío. Hay algo de oscuridad en tu mirada que resplandece para detenerse. Nos sobra el silencio luego de clamarnos pertenencia sexual en un cuarto que velaba la lujuria de nuestra velada, en la que embestirnos sobrepasó el límite de la vida.

La arritmia fenece contigo, conmigo solo toma descanso, el tuyo será eterno luego de aferrarnos a un orgasmo que no tendrá memoria para ti, porque no encontramos otro exceso de adrenalina que estar al borde del abismo en el que caes, al que te desplomas, tras el enroque de este jaque corrido...

Una lágrima inicia su éxodo de mis ojos y cae contigo a ese precipicio. Esa gota es el único oxígeno que le queda a tu ser que deja de ser bestia para volverse alma; te conviertes en un algo que abandonó su físico tras exhumar su último clímax, teniendo la garganta maniatada por una cuerda que fui apretando con mis manos, estando sobre ti, poco a poco, con sádica fuerza, con algo de vergüenza, pero con la convicción de ser la elegida para quitarte todo el aliento.

Salgo de la habitación...
El cuerpo que tanto placer me daba ya no tiene vida, está ahí, en mi cama, amarrado, con la cuerda que me hace falta para tener coherencia sobre la fechoría sexual que acabo de cometer.

Otro delirio se ha marcado en la lista de antojos de la reina. He ido coleccionando piezas de un tablero que no tiene peones, en cambio juego con acaudalados reyes, a quienes he ido quitándoles sus tesoros, incluyendo el más preciado: el de la vida.

_{Por acá te dejó el perfil de Instagram de @jayvimarmm quien sirvió de modelo para estas fotos que tomamos con un Video Beam.}

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@miguelmederico}

Nikon D5200 | Lente 35 mm

Iso: 500 | F/1,8 | 1/125
Locación: La Rosaleda Sur - San Antonio de Los Altos, Venezuela