Bis Predicado de Infidelidad

El alma ciega y muerta, eso siento. No tengo asombros ante ninguna existencia, excepto la mía. La tuya fue la que rugía y me estremecía, dándome razones para no darme por vencido, mas resultó ser la que, finalmente, me venció.

Me miento a mí misma sobre la violencia de tu ausencia, la verdad es que me quedé sin tu amor cuando lo daba todo. Abruptamente, me di cuenta que no solo compaginábamos ambos, sino que había otra leyéndote y escribiendo, con tu letra, una historia casi idéntica a la que tú y yo vivíamos.

La aventura que se narraba era sobre ti, dividías tu presencia para dárselas a dos personas distintas, una de ellas yo. El sujeto eras tú; los verbos eran amor y engaño; el bis predicado de infidelidad éramos los tres y solo dos desconocíamos que, en vez de ser solo uno, siempre fuimos dos terceras.

Me repito, sin convicción, que ya no existes, que en mí no queda nada de ti, que tu voz se extinguió con tu partida y que no quedaron ecos persiguiéndome y acechándome para susurrarme, con ansiedad, nuestros célebres momentos.

La creatividad se desenfrena hurgando saber quién era la intrusa y sufro ante ello, aunque entiendo que ese título también lo heredé para la contra parte de esta historia.

No he tomado revancha para olvidarte. Ni con alevosía pude cometer traición, porque una parte de mí se sentía desleal a ti, a tu sexo, a tu olor, porque al final mi entereza aún tiene codicia de pertenecerte, odio admitirlo, y no sé cómo fingir aquello que tú, con una fresca sonrisa, fuiste dándonos en dosis de un seudo amor para disimular que no éramos más de dos quienes desenfrenadas se entregaba a tu vínculo.

La mente se fractura cuando entiende que fue solo una ficción verte como nadie más, exclusivo de besos y abrazos, pero aquel espejismo es la sobra de mi inocencia. Tenía tantas ganas de sentirme amada que abandoné la inspección de imperfecciones y me dediqué a vivir.

Ahora que pude sacarle provecho a la distancia, llegan días donde hago recuentos de tu cariño y el arqueo aún no me cuadra, porque no vi venir a esta sombra que soy, la que eres, mucho menos la que fue ella, quien igual que yo, creyó en que ser tu pareja.

Duele internalizar que fue solo una distorsión creer que toda la alegría que sentía y vivía me bastaba. Es que, sinceramente, no me faltaba nada, así lo sentía, porque en mi precaria visión éramos felices. Pensé que no nos sobraba nada... Luego supe que yo le sobraba a ella y a ella le sobraba yo, pero la verdadera sobra eras tú tratándonos como sobras y no como los grandes todo que aún somos cada una.

Tus ojos profundos navegué sin ver, por completo, que caía en este torbellino, que naufragaría en un terceto de mentiras.

Nunca hubo un ápice de dudas en tu voz, ni en tus actos para defraudar mi confianza sobre nuestra exclusividad. No vi nada que me hiciera vacilar sobre la historia que construíamos, así que rememorando lo que vivimos, me frustra no haber identificado los cabos sueltos.

No fue ingenuidad, fue destreza de tu parte para hacer espejos de tus acciones en cada lado, fue que te esmeraste en parecer uno solo y no un ambicioso coleccionista de, por lo menos, dos almas entregadas a ti. Quizá, hayan otras más detrás de tu histriónico ilusionismo.

Sucedió que entre las acciones de tu fraudulento comportar, dos corazones emergieron cuando los sedujistes con certidumbres para que no dudaran del número de personas que formaban a esta pareja de tres.

Ya no me quedas tú, ni me basto yo. Hay insomnios sin respuestas donde me siento terca y detective, son trémulos amaneceres en los que el alma no respira, porque voy a las caza de los recovecos donde, se supone, comencé a ser la terna, si es que ya no lo era.

Tras confesiones de partes, entendí la ilusión. Ya sé porque no hubo mentiras. Sé que todo fue real para ti, porque te dedicaste a vivir la misma vida con ambas, a decir las mismas palabras de afecto, a visitar los mismos lugares para no confundirte, a tener los mismos sentires pera dedicárselos a dos personas, porque solo así todo podía ser verdad y solamente así tu mente no se enredaría con las fechas y se creería sus propias mentiras, todo se haría cierto con los sitios, con lo que prometías y cumplías, cuando paralelamente tenías una vida doble y desdoblada.

Qué ironía no poder escapar aún de tu nombre, porque cuando lo dicen aparece el de alguien más. Me es difícil interiorizar que, tras dividirte en partes idénticas para dos personas completamente diferentes, nos resultaste tan único a las dos.

DSC_7002-2.jpg

Fotos de mi Autoría
Nikon D5200 | 35 mm
Modelos:
Maria Mercedes
Grecia
Kelly



0
0
0.000
5 comments
avatar

I feel the difficulty in coming to terms with a lover's betrayal. And that last line is especially insightful, I think. We believe that we have only one self, and yet, we are unique in each relationship that we have. It is something to ponder. Thank you for publishing with #creativecoin.

0
0
0.000
avatar

Thanks to you for reading, even though the publication is not translated into English. I had a hard time translating this one because of the metaphors I used to describe that betrayal. I'm so glad you took the time to read the post and comment on it.

0
0
0.000
avatar

Yes, metaphors don't translate easily. The emotion of this piece was conveyed though.

0
0
0.000