Mini suspiros para enamorar
Hoy quise pasar un rato por aquí para mostrarles el otro lado de la moneda en cocina, el del cansancio extremo, el de darlo todo por el todo a pesar del sueño, el stress, la obstinación.
Estos días han sido fuertes en mi trabajo, ha habido mucha fluidez de huéspedes y eso es bueno para mí economía pero malo para mi salud pues mi agotamiento no es normal, me duele mucho la espalda.
Me tocó ser parte del menú del día de San Valentín y pues entre otras cosas debí hacer suspiros pequeños para acompañar el nuevo postre que se ofrecería, ya a esa hora (5:00 pm) estaba agotado y debía luchar con el horno que tiene mañas.
Algunos suspiros me quedaron quemados, otros agrietados pero logré sacar la producción necesaria para cubrir el evento. Mi cansancio me jugó duro pero tuve que luchar y lograr el pedido.
Espero poder volver a hacer suspiros pero con más calma porque estos postres requieren de tranquilidad, paciencia, concentración y amor para que queden bien.
Bueno ahora sí me despido, debo volver a la cocina. Se les quiere.