Cada quien está en su mundo,
y muchos que ya no están.
Cada quien vive lo suyo,
sin mirar jamàs a un lado
y mucho menos atrás.

Vivimos tan acelerados,
que a veces ni cuenta nos damos
de quién a nuestro lado está.

No caminamos, corremos,
en una vida desesperada,
que al final ni felices nos hace,
todo por el afán de llegar primero,
sin saber porque ni para que,
pero allí siempre vamos a parar.

La vida se nos va volando,
y esa enemiga cautelosa,
que nos mira desde lejos
siempre dandonos ventaja,
toda una vida, imagina,
pues al final ella sabe
que siempre nos va a alcanzar.

Ogra Muerte así te llaman.
Eres el fin de la vida,
esa a quien nadie quiere
y a la que todos debemos aceptar.
Pues cuando haces tu entrada,
ya no hay vida, ya no hay mundo,
ni màs nada por hacer,
simplemente porque allí estás.

Nos rendimos temerosos
pero también resignados,
a qué la vida se acaba
y no existe un más allá.

Por eso vivamos la vida,
apreciemos el regalo
que cada día se nos da.
El de abrir los ojos y dar gracias,
gracias por un nuevo día,
por el sol y las mañanas
y por los que puedo abrazar.

La vida si es un regalo,
uno que poco apreciamos y lo es todo,
sin màs nada que agregar.
Vida generosa y bella,
con sus matices hermosos,
algunos no lo son tanto,
pero con todo y eso,
te sabemos sobrellevar.

Vida hermosa, hermosa vida,
hoy te canto y te agradezco.
Gracias por todo y por tanto,
a tu lado quiero estar,
recordando a quienes se fueron
y que por alguna razòn,
ya hoy no pueden estar.

Gracias le doy a la vida,
gracias por todo y por tanto,
aquí quiero seguir estando,
agradeciendo y mirando,
las maravillas de este día,
que amaneció y me dice Aquí estoy,
soy tu regalo, no desaproveches el mundo
y todo a tu alrededor.

Gracias te doy, bella vida,
tù que siempre me das tanto.
Gracias por todo y el día
que hoy aquí me regalas,
lo vivo con felicidad y sin ningùn llanto.

Seamos felices hoy,
el mañana ya no existe,
solo presente y pasado.
El pasado y sus recuerdos,
que nos llenan de alegría,
de sonrisas y de abrazos.

Recordemos a los que no están,
con mucho amor y nostalgia,
pero con sonrisas y sin llanto.
Con mil rosas en el rostro,
seamos felices por ellos
que no pueden ya contarlo.

Gracias a la vida que me ha dado tanto.
Aquí sigo y agradezco cada día,
cada emoción, cada abrazo.