Vamos un día a la vez

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Cuando era estudiante veía lo difícil que era la vida de un residente de postgrado, como pasaba y pasaba horas en el hospital, como de alguna manera siempre estaba cansado y con muchos pendientes. Siempre me imaginaba el momento en el que me tocaría estar a mi en su lugar. Y como por arte de magia el tiempo avanzó y aquí estamos muchos años después en el rol de residente de la especialidad que se robó mi corazón, la pediatría. No les voy a mentir, aunque obtener un cupo dentro de esta residencia fue mi meta principal el año pasado y me sentí demasiado orgullosa de mi misma el día que vi el listado con mi nombre, el día que nos recibieron que nos otorgaran a cada uno nuestro gafete oficial como residente de primer año, he de decir queno todo es color de rosas, y que los días pasan y pasan y cada día me cuestiono mas y mas si yo de verdad sirvo para esto, si lograré culminar mis tres años de especialidad.

Hay días en los que te sientes el ser mas imbécil del mundo, te sientes torpe como si no supieras absolutamente nada. El cansancio es una de las cosas mas difíciles de sobrellevar, la carga de trabajo es suprema mente desgastante, sueles entrar muy temprano y salir muy tarde, pero veo a mis residentes superiores que básicamente lucen cansados pero no agobiados exactamente, como si de alguna manera su mente ya asumió que estar en el área laboral de trabajo del hospital es normal sin importar el número de horas. No sé como explicarlo, pero a pesar de lo mal que se escucha de algún modo le tomas cariño a la rutina, aunque durante el proceso te vas sintiendo como el peor, al final del día, terminas con un buen sabor e la boca y con muchas ganas de seguir intentándolo al día siguiente, porque quieres aplicar todo lo nuevo aprendido el día anterior.

En fin que al final del día no todos es malo, a pesar de que quizá la residencia no sea el proceso mas sencillo de sobrellevar, te vas acostumbrando, cada día aprendes algo nuevo, cada día aunque te lo cuestiones a cada segundo te vas dando cuenta que si puedes, y que no siempre todo es color gris, de vez en cuando sale el sol y es cuando comienzas a disfrutar tanto de los buenos como de los malos momentos que te ofrece la vida, porque de todos ellos se aprende un poco mas. Se que ando muy reflexiva en este inicio de año, pero toda esta nueva rutina trae consigo este tipo de pensamientos, son como unas pequeñas palabras de auto ayuda y auto motivación persona que espero que les sirvan a ustedes también, por ahora me despido, nos vemos en la siguiente publicación.

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