Latas de galletas, eso me trae recuerdos de niña cuando en el arbolito estaban los regalos y las galletas en la mesa con las nueces, las uvas, los turrones, el panetòn, la torta negra, el dulce de lechosa, el pan de jamón, el ponche crema… esa mesa llenita de comida tradicional navideña, a la espera de las hallacas, la ensalada y el pernil.

Galletas de mantequilla, algunas de chispas de chocolate, con formas circulares y algunas cuadradas, con relieves y lisas… ajaaaa!!!! Y todavía me acuerdo su sabor.

Los 25 de diciembre y los 1ero de enero de cada año, solíamos visitar a los familiares y amigos más cercanos; mi papa compraba pan de jamón y poche crema, mi mama las latas de galletas y llegábamos a sus casas a compartir y celebrar un rato.

Nuestro recorrido comenzaba temprano y regresábamos ya cayendo la noche, cansados pero felices porque disfrutábamos y comíamos de todo lo que nos ofrecían en cada casa que visitábamos. Una de las visitas tradicionales era a mi tía Lesbia, siempre llegábamos y tenía su televisor prendido y veíamos el Desfile de las Rosas… todavía cuando veo la trasmisión me recuerdo de esos momentos y de ella, que ya no está físicamente con nosotros.

Les cuento que todavía hay latas de galletas por la casa de mi mama, de hace más de 40 años y eso es una reliquia… porque como eran tan bonitas se podían usar para guardar cosas. Yo tengo una de hace como 15 años, con un San Nicolás en su tapa, donde están las tarjetas que me regalan, es como una caja de tesoros que guarda las emotivas palabras de muchas personas en diferentes épocas y festividades.

Un anécdota reciente de las latas de galletas fue en un compartir hace unos días. Mi colaboración era llevar unas galletas y se las compre a mi vecina, que por cierto hace unas galletas decoradas de navidad muy lindas y sabrosas; pero necesitábamos un recipiente para trasladarlas y ella me las dio en una lata de estas. Varias personas me preguntaron donde las había comprado porque estaban interesadas, pues pensaron que había sido en el supermercado... pero no fue así, la lata nos colaboró y sirvió para ofrecerlas, así que les di los contactos de mi vecina. Finalmente las latas también son promotoras porque le consiguieron clientes a una futura emprendedora.

Gracias por llegar hasta aquí y la oportunidad de participar en el concurso.