El día que conocí al diablo

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Jamás olvidaré ese día, era un monótono y rutinario día como todos en mi monótona y rutinaria vida, distraído mirando al cielo y su deslumbrante alba observé algo que captó más mi atención, una mujer, de cabellera larga y tan oscura que devoraba el alba y lo convertía en ocaso.

Unos ojos tan negros que no podías ver el final, era sólo vacío, te podrías quedar atrapado en esa oscuridad infinita, eran rasgados, afilados, pero estaban bien abiertos, era raro que a pesar de tener ese color tan siniestro fueran tan expresivos, eran unos ojos peligrosos, lo supe desde el instante que se cruzaron con los míos.

No llevaba maquillaje, su belleza era natural, no necesitaba nada hecho por mortales, sus labios tenían un toque perfecto de color, un ligero pero justo pigmento rojo, piel blanca y suave, ni siquiera tuve que tocarla para saberlo.

Un cuerpo delgado de proporciones exactas, lo justo y necesario, era escultural, por un momento creí que era un sueño o peor, que estaba muerto y que quería llevarme, apuesto que tú ya estarías a sus pies si estuvieras en mis zapatos, pero soy un hombre fuerte, uno en un millón, no caería tan fácil, aunque claramente su belleza no era de este mundo.

Me acerqué temeroso, pero curioso por platicar, estarás pensando que lo primero que hizo fue ofrecerme vida eterna o riquezas o cualquier cosa superficial y estúpida como se ven en las películas, pero no, nada más lejos de la realidad, ¿sabes lo que hizo?, me sonrío, fue espeluznante, esa sonrisa hizo mover mi corazón.

Una sensación extraña me recorría el cuerpo, desde la punta de los dedos hasta mi cabeza, estaba adentrándose en mí, cortaba mis entrañas cual navaja, jamás me han apuñalado pero juro que debe de ser más agradable, comencé a sentirme enfermizo, muy raro, me sentía enfermo de alegría, felizmente enfermo, lo siento ¿me estoy extendiendo mucho verdad?, sí lo siento iré al grano.

¿Qué fue lo que me quitó? Bueno, puedo presumir que soy el primer hombre al que el diablo no le quitó el alma, quiso mi corazón, no creas que es algo superficial, no estaré consciente de mi alma hasta mi lecho de muerte, no la necesito hasta entonces, pero mi corazón ¡es diferente!, es lo más importante para un humano cuando está vivo.

¿Qué fue lo que pedí a cambio? Bueno, olvida lo que dije acerca de que era fuerte, cedí al final, le di mi corazón a cambio de que me permitiese amarla por toda la eternidad, ¿puedes creerlo?, cuando muera si existe el cielo y termino allá Dios tendrá mi alma pero si voy al infierno el diablo tendrá mi alma y ¡mi corazón!

¿Entiendes?, soy el hombre que se enamoró de la deidad de los mil nombres, y peor aún que la amará hasta el final de todo lo existente y lo por existir, muchos me aseguran que fue una oportunidad desaprovechada, que soy un completo idiota, un estúpido, ¡que se jodan todos!, no podrían comprender que sin duda esa ha sido la mejor decisión que he tomado y que tomaré en toda mi monótona y rutinaria vida.



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