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Luego del parón por las eliminatorias rumbo a Qatar, el FC Barcelona retomaba acciones en la Liga Santander, contra un rival aguerrido que suele dar muchos dolores de cabeza a cualquier equipo que lo enfrente, el Valencia llegaba al Camp Nou con la ilusión de sumar de a 3 y acercarse a los primeros lugares de la tabla, pero enfrente tenía a un conjunto azulgrana también necesitado del triunfo para retomar confianza, escalar posiciones en la liga y asumir la próxima jornada de la Champions con la mente más tranquila y en busca de una victoria que les ayude a mantener viva la ilusión del campeonato internacional.

El Barcelona asumiría este partido con el apoyo de más de 40.000 aficionados, algo fundamental para darle un empujón anímico a los dirigidos por Koeam. Lo curioso del partido estaría en las alineaciones confirmadas, en donde se vería claramente a Sergiño Dest en la posición de extremo derecho, algo bastante curioso de ver, pero nada descabellado, pues Dest es un lateral de perfil ofensivo, y en la mayoría de encuentros suele ocupar la banda rival para dar apoyo en ataque buscando liberar marcas, y justamente eso era lo que buscaba Koeman, algo que le terminaría resultando bastante bien.

Sumado a esta novedad, otra de las grandes variantes era la vuelta de la 4-3-3, con Sergio Busquets como burbuja de oxigeno en ataque y defensa mostrándose como un centrocampista ofensivo, principalmente para aportar con pases quirúrgicos y control de juego en mitad de cancha, a sus lados tendría a De Jong y Gavi. Se respiraban buenos ánimos pues al parecer Koeman escuchaba los sabios consejos de Xavi Hernández respecto al funcionamiento de Busquets.

A pesar de los buenos ánimos que se sentían, el Barcelona empezaría perdiendo el encuentro, más por merito del rival que por error azulgrana, pues el gol simplemente llegaba por una genialidad de Gayá quien fusilaba a Ter Stegen desde fuera del área, luego de un corner que terminaba con un balón dividido.

El Barcelona empezaba a mostrar una mejor versión, un fútbol bastante vertical y que hacía rato no se veía, con un equipo presionando en tres cuartos de cancha, no dejando libertad de juego al rival y circulando de gran forma el esférico, esto hizo que tan solo 8 minutos después del gol del Valencia, el Barcelona lograra el empate tras una mágica combinación entre Ansu Fati y Memphis Depay que terminaba en una definición formidable del gran Ansu Fati, una jugada que nos recordó aquellos despliegues y paredes que Messi solía hacer en el conjunto azulgrana, pero la magia sigue de la mano de la joven promesa.

Cualquier hincha del Barcelona podía entender que lo que se estaba viviendo en este juego era algo indescriptible, el buen juego en todos los sectores del campo contribuía a que el equipo entrara más en confianza, y a pesar de que habían ocasiones doradas para el Valencia, el Barcelona siempre estuvo aguerrido buscando defender y evitar más daños en su portería, el gran control de balón ayudaba para que el equipo mantuviese en calma las acciones, y justo antes de acabarse el primer tiempo, Ansu era derribado en el área chica tras una falta polémica y Depay era el encargado de fusilar a Cillessen, quien se quedaba sembrado y sin reacción alguna.

La suerte incluso sonreía al Barcelona, pues un fuerte disparo de Carlos Soler terminaba pegando en el travesaño a los 7 minutos del segundo tiempo, y posteriormente un metrallazo de Guedes era intervenido por la mano salvadora del guardameta alemán. La vuelta Sergi Roberto, y el Kun Agüero también se hacían presente, el equipo comienza a recuperar todas sus piezas para dar más profundidad a la plantilla y empezar a levantar cabeza y enderezar las riendas en el campeonato local e internacional.

Un Barcelona contento, tranquilo, sereno que disfrutaba cada minuto del partido y que creía en su fútbol, esto era parte de las sensaciones que se podían percibir en los rostros de cada jugador. Por supuesto que todo no era tan sencillo como suena, el Valencia atacaba pero en todo el partido solo 3 disparos tuvieron dirección de arco, además el Barcelona recordó lo que era el mantener la posesión de balón.

Ya en los últimos minutos del partido Coutinho tenía la oportunidad de ingresar, y su cambio era por Ansu Fati, quien salía contento y viendo con buenos ojos su sustitución. Este cambio significaría el camino de loa sentencia del encuentro, con un Valencia desarticulado que estaba volcado al ataque en busca del empate, lo que los llevaba al fallo y a dejar a Coutinho completamente solo en el corazón del área, en donde solo hizo falta un pase quirúrgico de Sergiño Dest para que Coutinho sentenciara las acciones. Con esta victoria el Barcelona llega a 15 puntos con un partido menos que el puntero y con la posibilidad de quedar a tan solo 2 puntos de la cima en caos de concretar una victoria en su partido pendiente.

El Barcelona ha cumplido por liga, y ahora se viene el turno de cumplir por Champions, en donde el próximo miércoles recibirán al Dynamo Kiev en un partido que deben ganar sea como sea para mantener vivas sus aspiraciones, buscando que el Bayern haga lo propio en su visita a Portugal para lograr acortar distancias al menos con el segundo puesto.

Este partido ante el Valencia no significa un resurgir ni mucho menos que el Barcelona volverá a ser el mismo de hace un par de años, pero al menos ha significado un envión anímico para todos estos jugadores que necesitaban un elemento de confianza para afrontar las duras tareas de la presente campaña, con el propósito de retomar la senda de los triunfos para dejar en alto el nombre del club, solo se espera que Koeman mantenga el esquema y que los jugadores respondan a las exigencias.