Milanesas, papas fritas y Milkshake

you sometimes feel like indulging in a gastronomic madness when eating out? It happens to me a few times when I go out alone, which is almost never, as one of my kids is always with me, and trying to make the most of the budget we order something we can share or that is affordable.

But just after my birthday, I went out alone to downtown and took the opportunity to eat something without looking at the budget, as one of the gifts I gave myself.

I was craving sushi, but since I wanted both lunch and dessert, I would end up with a red wallet, so I opted for a traditional meal that never disappoints: chicken milanesa with fries.

And right at Wagon, the place that has become one of my little one's and my favorites, they had a promotion on milanesas, so there was no need to go all the way to the sushi restaurant.

The place was almost empty, and I really preferred it that way, as I was a bit overwhelmed by the noise from the street. Without the murmurs of other people's conversations, the music is better enjoyed, and in my case, I love moments of silence, as living near the avenue, plus kids who never stop talking, there's always noise at home.

When placing my order, I wanted a flavored water, but they only had grapefruit, just the flavor I don't like, and for sodas, only Cola, which I also don't like (yes, I'm a strange person who doesn't like colored sodas), so I thought to myself, well, if you're going to sin, do it big, and ordered a banana split milkshake.

What a pleasant surprise I had when my order arrived, as it wasn't just one milanesa, but three! plus a rocket and parmesan salad. And the cherry on top was the milkshake, which looked like a Greek sculpture in its beauty. So much so that I saved it all for the end to savor without mixing the flavors of salty and sweet.

Right at that moment, I remembered a conversation with @rlathulerie about prioritizing ourselves over our children, and I felt somewhat guilty for being there alone and them not enjoying the food as well, even though I had gone out with them the day before. But still, conscience won out, and I only managed to eat one milanesa and ordered the other two to take home to them.

Of course, only the milanesas, the fries were non-negotiable!

In the end, it was time for the milkshake and what a great decision it was to save it for last, as it served as dessert, although it wasn't too sweet, but the dulce de leche syrup along with the fruit were a symphony of flavors that left you happy if you weren't and euphoric if you already were!

I finished my meal and headed to the cashier to pay by scanning the QR code from my MercadoPago app. And the best part is that what initially seemed like an extravagant expense on a single meal turned out to be quite economical as all three of us ate with what I took home.

No les pasa que a veces les provoca cometer una locura gastronómica cuando salen a comer? A mi me pasa las pocas veces que salgo sola, que es casi nunca, pues alguno de mis hijos siempre anda conmigo, y buscando la manera de rendir el presupuesto pedimos algo que podamos compartir o que sea económico.

Pero justo luego de mi cumpleaños, salí sola al centro y aproveché de comerme algo sin mirar el presupuesto, como uno de los regalos que me hice.

Se me antojaba el sushi, pero como quería almuerzo y postre, pues terminaría con la billetera en rojo, así que me decidí por una comida tradicional de esas que nunca te dejan mal: milanesa de pollo con papas fritas.

Y justo en Wagon, el local que ha pasado a ser uno de los preferidos de mi pequeño y yo, tenían una promoción de milanesas, así que no fue necesario llegar hasta el restaurant de sushi.

El local estaba casi vacío, y realmente preferí que así fuera, ya que estaba un tanto aturdida del ruido de la calle. Sin los murmullos de las conversaciones ajenas, la música se disfruta mejor, y en mi caso, adoro los tiempos de silencio, ya que viviendo cerca de la avenida, más los hijos que no paran de hablar nunca, en casa siempre hay ruido.

Al hacer mi orden, quería un agua saborizada, pero solo tenían de pomelo, justo el sabor que no me gusta, y de gaseosas, solo Cola, que tampoco me gusta (si, soy un ser extraño que no le gustan las gaseosas con colores) así que me dije, pues si vas a pecar, hazlo a lo grande, y pedí una milkshake de banana split.

Que grata sorpresa me llevé cuando llegó mi pedido, ya que no era solo una milanesa, sino tres! además de una ensalada de rúcula y queso parmesano. Y la guinda fue la milkshake, que parecía una escultura griega de lo hermosa que se veía. Tanto así que la dejé toda para el final y poderla disfrutar sin mezclar los sabores del salado y el dulce.

Justo en ese momento recordé una de las conversaciones con @rlathulerie sobre darnos prioridad ante los hijos, y me sentí un tanto culpable de estar ahí sola y que ellos no disfrutaran de la comida también, aunque el día anterior ya había salido con ellos. Pero igual pudo más la conciencia y solo logré comerme una milanesa y pedí las otras dos para llevarles a casa.

Eso si, solo las milanesas, las papas no eran negociables!

Al final, llegó el turno de la milkshake y vaya que fue una excelente decisión dejarla para el cierre, pues sirvió como postre, aunque no estaba tan dulce, pero el sirope de dulce de leche junto con la fruta, eran una sinfonía de sabores que te dejaba alegre, si no lo estabas y eufórico si la alegría ya la tenías!.

Terminé mi comida y me dirigí a la caja para pagar scaneando el código QR desde mi aplicación de MercadoPago. Y lo mejor es que lo que en un principio parecía ser un gasto desmesurado en una sola comida, terminó siendo bastante económico pues comimos los tres con lo que me llevé a casa.

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Foto/Photo by: @mamaemigrante
Edición/Edited by @mamaemigrante using canva
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