In my house the chicks are "only hungry"

7 months ago (Edited)

When my second son was in nursery school, the teacher came up with the idea of teaching him songs.

The first one was "Shinning little star?" And that tormented us for a while, but I think it was preparation for the arrival of the chicks, the children's music hit that went down in family history for one particular reason.

To give you some context, my children have been very precocious with speech, so from the age of one and a half or less, they already had a long list of words learned and well pronounced.

Learning those songs was an easy task for both of them, but in the case of the little one, the songs were not only sung in school, but at home, at church, and even in the customer service line at the banks.

Those who heard him sing saw him with tenderness, while his father and I felt like a small jukebox with only one song, would turn on even if it wasn't plugged in.

The teacher suggests that they practice the whole piece at home, and that the parents should get involved, especially for the correct pronunciation of the words. I didn't know that would be the trigger for the funniest and craziest laughs of my life.

Catherine Breslin - Unsplash

One day I start singing the song to him, staying silent at the end so he can complete the sentence. We were doing fine until I say: when they have .... hunger he responds, while I continue: and when they have ... hunger! (He should has said they were cold)

I correct him and tell him they have hunger first and then cold. When I repeat, the same thing happens. Instead of getting angry, what I did was laugh out loud, just thinking about the chicks eating uncontrollably, following my little one's instructions.

But the joke didn't end there. A few weeks later, after giving him lunch, he tells me he wants to eat more. He really had eaten the same amount as his 7-year-old brother, and I told him that was enough food, he should wait a while and I would give him a snack later.

His response was: Mom, understand, I'm like the chicks, I'm always hungry!

Cuando mi segundo hijo estaba en el maternal, a la maestra se le ocurrió empezar a enseñarle canciones.

La primera fue Estrellita donde estás? Y con eso nos atormentó un buen tiempo, pero creo que era la preparación para la llegada de los pollitos, el hit de música infantil que pasó a la historia dentro de la familia, por un hecho en particular.

Para darle contexto, mis hijos han sido muy precoces con el habla, así que desde el año y medio o menos, ya tenían una amplia lista de palabras aprendidas y bien pronunciadas.

Aprender esas canciones fue una tarea sencilla para ambos, pero en el caso del pequeño, las canciones no solo se cantaban en la escuela, sino en la casa, en la iglesia y hasta en la fila de atención al cliente de los bancos.

Quienes lo escuchaban cantar, lo veían con ternura, mientras su padre y yo sentíamos como si una pequeña rocola con una sola canción, se encendía así no estuviera conectada.

A la maestra se le ocurre decir que deben practicar en casa la pieza completa, y que los padres debemos involucrarnos, sobre todo para la correcta pronunciación de las palabras. No sabía que ese sería el detonante para las risas más absurdas y locas de toda mi vida.

Catherine Breslin - Unsplash

Un día empiezo a cantarle la canción, quedándome callada al final para que él completara la frase. Ibamos bien hasta que le digo: cuando tienen .... hambre responde él, mientras yo sigo: y cuando tienen... hambre! (debía decir que tenían frío)

Le corrijo y le digo que tienen primero hambre y luego frío. Al repetir, pues ocurrió lo mismo. Ya en lugar de molestarme lo que hice fue reír a carcajadas, de solo pensar a los pollitos comiendo desaforadamente, siguiendo las instrucciones de mi pequeño.

Pero el chiste no terminó ahí. Unas semanas después, luego de darle el almuerzo, me dice que quiere comer más. Realmente había comido la misma cantidad que su hermano 7 años mayor que él, y le digo que ya era mucha comida, que debía esperar un poco y al rato le daría merienda.

Su respuesta fue: mamá, entiende, yo soy como los pollitos, me da hambre todo el tiempo!

Foto/Photo by: Andrea Lightfoot, Catherine Breslin
Edición/Edited by @mamaemigrante using canva
Translated and formatted with Hive Translator by @noakmilo.